Oscar Pistorius nació sin tobillos y sin peroné. Como no había modo de que el resto de sus piernas atrofiadas pudiera sostenerle en pie, el cirujano pediatra que le atendió se las amputó por debajo de las rodillas. Tuvo que llevar prótesis desde niño. La Federación Internacional de Atletismo no le permite correr con atletas “normales” alegando que la fibra de carbono le da ventaja. ¡Pero cómo se puede afirmar que haber nacido prácticamente sin piernas le da a alguien ventaja sobre los demás! A veces, tratar igual a los que son desiguales es una enorme injusticia.
Oscar Pistorius, a pesar de su matemática y "supuesta" ventaja sobre la elite de los atletas “normales” no corre los 400 metros lisos en tiempo de record ni amenaza el podium en una Olimpiada. ¿Por qué tenemos entonces miedo a dejarle correr con los demás?.
Su madre, como ocurre en la mayoría de los casos, fue su principal apoyo durante su niñez:
No pierdes si no llegas el primero: pierdes si no corres.
Con sus prótesis de fibra de carbono, Oscar Pistorius ha alcanzado los 35 km/hora.
Eso sí, entrenando mucho.
Pues claro, ninguna prótesis, por mucha fibra de carbono de la que esté hecha, es capaz de correr sola.
El 22 de agosto de 2009 un periodista le preguntó (La Vanguardia) si había pensado alguna vez en que sería él hoy de haber nacido con buenas piernas.
Sí, sería un sedentario arquitecto.
Por eso, entre otras cosas, he traído hoy aquí su historia. A mí, en cualquier caso, me gustaría verle tomar la salida en las rondas clasificatorias de los Juegos de Londres 2012 y no en los Paralímpicos. Él y todos los que tuvieron que tomar siempre el camino más largo, lo merecen.
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