La palabra inglesa que da nombre a este estudio alemán (Deadline, Britta Jürgens y Mathew Griffin, 1993) indica la fecha tope para entregar un trabajo, algo íntimamente asociado a la esencia misma de cualquier estudio de arquitectura normalmente acostumbrados a apurar al máximo los plazos.
- ¿Y por qué entregan ustedes hoy, a última hora del último día?
- Pues seguramente, porque mañana ya no podemos.
- Pues seguramente, porque mañana ya no podemos.
El chascarrillo viene al caso porque en una situación económica como la actual, uno de los caminos es generar el propio trabajo sin esperar a que los clientes llamen a nuestra puerta. Esa es la filosofía de Deadline (http://www.deadline.de/).
“No vemos ninguna separación entre el producto final y los procedimientos y estructuras que necesitamos para llevarlo a cabo. Para potenciar nuestra libertad creativa, primero tratamos de aumentar nuestra influencia sobre esas estructuras. Esto supone en muchos casos la creación de amplias estructuras de apoyo antes de embarcarnos en un proyecto. Operamos como arquitectos, diseñadores gráficos, programadores informáticos, comisarios de exposición y promotores inmobiliarios”.
Todavía, a pesar de los años que ya voy cumpliendo, me parece mágico como gente a cientos de kilómetros de distancia, que trabaja en cosas parecidas a las que hace uno, llegue a idénticas conclusiones.
No es que esto allane o facilite el camino, pero nos ayuda a seguir.
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario