En la esquina de la Diagonal de Barcelona con la calle Roselló se abrió en 2009 una tienda interesante. No tanto por su contenido como por su continente: un antiguo y obsoleto aparcamiento subterráneo.
El que un viejo garaje de tres plantas y 750 m2 pierda su anterior condición para transformarse en otra cosa implica claramente un cambio de tendencias. Pues un aparcamiento de rotación en el centro de una gran ciudad es siempre, o al menos lo era, un buen negocio.
El concepto de rehabilitación cobra aquí verdadero sentido en la medida en la que esta palabra implica transformación de la función inicial (en este caso el garaje deja de ser garaje de la misma manera que un monasterio se transforma, pongamos por caso, en hotel o en hospedería), renovando en caso necesario sus estructuras y adaptándolos a las nuevas necesidades. Todo ello sin renunciar a la preservación de sus valores intrínsecos.
El hecho de que la alteración del viejo espacio realizada por el arquitecto Robert Pallí y el propio equipo Nani Marquina (http://www.nanimarquina.com/) haya supuesto no una redefinición del espacio, que inicialmente ya lo estaba, sino una absoluta reinterpretación del mismo es, bajo mi punto de vista, lo especialmente relevante.
Eso y la apuesta por la transformación de las rampas originales de acceso y evacuación en un paseo arquitectónico de espacios intercomunicados.
Luis Cercós (LC-Architects)
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