Mi familia y yo nos mudamos de casa en febrero de 2010 con objeto de reducir al máximo nuestro presupuesto familiar y conseguir una mayor armonía pero todavía no hemos conseguido vaciar todas las cajas ni ordenar nuestra biblioteca. Hoy, al pasar junto a una pila de libros he descubierto en su coronación mi ejemplar de los pilares de la tierra, la novela histórica que Ken Follet publicó en 1989 y que yo, literalmente, devoré en 1998.
Durante años utilicé ese libro en alguna de mis clases de historia de la construcción en la Universidad Alfonso X el Sabio de Madrid. A los alumnos les gustaba y a mí me divertía utilizar la novela para explicar algunas de las características de los estilos arquitectónicos medievales.
Hoy, al volver a ojear ese libro manoseado, he reparado en los márgenes escritos y los párrafos subrayados.
¿Qué hay en esto de la arquitectura que nos hace disfrutar tanto de nuestro trabajo y, por extensión, de nuestra vida? Alguien debió de contárselo a Ken Follet porque la explicación me convenció en 1998 y me sigue gustando en 2010:
Al principio lo hizo como de costumbre, y se sintió molesto y resentido cuando el maestro constructor le advirtió que su trabajo no se ajustaba del todo al nivel requerido, ya que él tenía el convencimiento de que era bastante más cuidadoso que un albañil corriente. Pero entonces se dio cuenta que no bastaba que los muros de una catedral estuvieran bien construidos. Tenían que ser perfectos porque una catedral era la casa de Dios y también porque siendo un edificio tan grande la más leve inclinación de los muros, la más insignificante variación en el nivel y aplomado, podría debilitar la estructura de forma fatal. El resentimiento inicial se transformó en fascinación. La combinación de un edificio enormemente ambicioso con la más estricta atención al más ínfimo detalle, le abrió los ojos a la maravilla de su oficio.
- ¿Por qué quieres construir esta Catedral?
- Porque será hermosa
- Sí, ¿y qué otra cosa puede ser mejor que construir algo hermoso?
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
“Los pilares de la tierra” es el título de una novela histórica que describe el desarrollo de la arquitectura gótica a partir de su precursora, la arquitectura románica y las vicisitudes del priorato de Kingsbridge en contraste con el telón de fondo de acontecimientos históricos que se estaban produciendo en ese momento. A pesar de que Kingsbridge es el nombre de una localidad inglesa real, el Kingsbridge al que se hace referencia en la novela es, en realidad, un emplazamiento ficticio representativo del típico pueblo inglés en el que se establecían mercados en la época. El autor sorprendió con esta novela no sólo a sus lectores, ávidos de thrillers, sino también a sus editores con su contenido y longitud (más de 1300 páginas). Fue publicada en 1989, y se convirtió en el mayor best seller de Follett.