Por casualidad ha llegado hasta mí un libro aparentemente menor, la memoria de la unidad docente del curso de proyectos arquitectónicos 2010 del catedrático Alberto Campo Baeza (ETSAM – UPM, http://www.aq.upm.es/nuevaweb/). Me llamó la atención su magnífico título: un arquitecto es una casa (2010, Mairea Libros, Madrid).
A la manera de un autorretrato, la propuesta hecha a los alumnos es la de relacionar a los autores de arquitectura con sus obras más personales y así, Villa Rotonda identifica a Palladio como la casa Farnsworth a Mies; Le Corbusier sería la Villa Savoie; Melnikov su casa de Moscú; Utzon, Can Lis; y Koolhaas, Villa Dall’Ava. Todos ellos citados en la página 7 de la memoria del curso (Introducción).
El intento de este Curso, UN ARQUITECTO ES UNA CASA es el de aprender a hacer casas que, siendo profesionalmente impecables, sean sobre todo claras y rotundas y precisas. Y muy hermosas. Que lleguen a ser TIPOS más que sólo ejercicios formalmente brillantes.
Vemos todos los días en nuestras Escuelas, y en las mejores Escuelas del mundo, y en las revistas de Arquitectura, ejercicios de casas de una espectacular brillantez formal pero que carecen del mínimo rigor exigible y que conservan en su interior, tras fachadas asombrosas, modelos obsoletos de maneras de vivir de siglos pretéritos.
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
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