Me había propuesto no volver a hablar de crisis por lo que tiene de aburrido y de recurrente, pero no se puede evitar. Al menos hasta que se me ocurra una palabra que la sustituya. En eso estoy.
El caso es que nuestros últimos encargos no están procediendo de España sino del exterior y en otros lugares vemos que las cosas están mucho más caras. O lo que es lo mismo: en España, quizá, por derribo, liquidación o incluso rebajas de verano, las cosas están baratas para quien las pueda comprar. Porque una cosa es clara: en asuntos de dinero, todo es relativo. Depende de si hay o no la liquidez o el crédito suficiente para poder adquirir.
Esta tarde vuelvo a París donde la semana que viene tengo dos reuniones importantes. La prolongación francesa está arrancando, pero las perspectivas parecen buenas. Poco a poco están llegando los primeros pequeños encargos. Cosas parecidas a las que hicimos en España hace más de 20 años, recién terminados nuestros primeros estudios.
El caso es que estamos disfrutando allá con lo que ya no hacíamos aquí: propuestas de interiorismo, reformas de viviendas, reinterpretación de espacios. Algo así como aprovechar la madurez profesional para disfrutar con la libertad que aporta nuestra propia trayectoria. Hacemos ahora lo que estamos haciendo, porque antes hemos hecho otras cosas que nos avalan. Quizá más grandes, pero no más importantes.
O es que hay algo más importante que diseñar la casa de quien confía en nosotros.
Además, viajando aprendemos, miramos, absorbemos, nos reinterpretamos, seguimos creciendo.
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
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