El pasado 17 de mayo se ha estrenado la última película del director argentino, Pablo Trapero. El título del film, el Elefante Blanco, nombre que recibe el edificio que allá por los años 30 del siglo XX fue planeado como el hospital más grande de América Latina.
Levantado en el cruce de las calles Piedrabuena y Eva Perón, en el barrio de Villa Lugano y dentro de lo que se conoce como Ciudad Oculta, la obra original pertenecía a la Liga Argentina contra la Tuberculosis. El proyecto se inició en 1935, con dinero del Estado y varias sociedades de beneficencia. En 1939 se concluyó la planta número 14 de la enorme estructura. Por falta de presupuesto la obra se paralizó a principios de los años 40 y se retomó en 1948, durante la primera presidencia de Perón. El golpe de Estado de 1955 volvió a interrumpir los trabajos.
En 2007, el ex jefe de gobierno de la Ciudad, Jorge Telerman, cedió el edificio (60.000 m2) a la Fundación Madres de la Plaza de Mayo, que instaló un jardín de infancia, aulas de capacitación, un gimnasio, dos comedores con cocinas, un vestuario, dos puestos de seguridad y un taller de costura. Tras el reciente escándalo por presunto desvío de fondos que ha derivado en la detención de Sergio Schoklender, las Madres se han retirado de la gestión del edificio.
Conclusión: una gigantesca estructura que se interrumpe cada vez que alguien intenta mantenerla con vida.