Los revocos que estamos descubriendo en la ciudad de Santiago de Chile bajo 8 capas distintas de pintura, tienen una antigüedad comprendida entre los 137 y los 147. Han permanecido, con más o menos dignidad, más o menos degradados y/o heridos, casi siglo y medio. Su vida corre paralela a la historia del país, entendiendo por tal, los avatares de la ciudad posteriores a la declaración de independencia.
Bajo esta perspectiva, no hay otra opción que la de retirar las capas que ocultan el color y textura originales y proceder a una delicada restauración posterior que reintegre las lagunas, consolide todo el conjunto e integre cromáticamente todo el paramento.
Luis Cercós & Moguerza
Santiago de Chile