La tradición no puede heredarse, y quien la quiera habrá de obtenerla con un gran esfuerzo. Implica, en primer lugar, un sentido histórico, que se puede considerar casi indispensable para cualquier poeta que siga siendo poeta después de los veinticinco años. Dicho sentido histórico conlleva una percepción, no sólo de lo pasado del pasado, sino de su presencia; así mismo empuja a un hombre a escribir no meramente con su propia generación en la médula de los huesos, sino con el sentimiento de que toda la literatura europea desde Homero , y dentro de ella el total de la literatura de su propio país, tiene una existencia simultánea y compone un orden simultáneo.
Ese sentido histórico, sentido de lo atemporal y de lo temporal, así como de lo atemporal y lo temporal reunidos, es lo que hace tradicional a un escritor. Y es también lo que hace a un escritor más agudamente consciente de su lugar en el tiempo, de su propia contemporaneidad.
T.S. Eliot, 1917, La tradición y el talento individual