Uno a uno, de izquierda a derecha y de arriba a abajo, durante estas dos últimas semanas de trabajo, se van repasando, limpiando, perfilando los encuentros entre revocos y elementos ornamentales. Después, los trabajos de sellado, que tienen por objetivo subir ligeramente el tono del color recuperado y conseguir un "efecto ligeramente mojado" que reavive la belleza de los revestimientos históricos (envejecidos, naturalmente, unos 130 años después de su ejecución). No hay que olvidar que la primera capa de pintura que los ocultó, allá por finales del siglo XIX o primeros años del XX, se produciría por un supuesto primer envejecimiento.
Luis Cercós & Moguerza
Santiago, Chile