“No sé si un buen desnudo pintado huele o no a cuerpo, pero sí estoy seguro de que jamás podría haberlo yo pintado, logrado darle vida y que así lo pareciera de no haberlo amado, palpado y olido antes. Por eso sé que Velázquez lo hizo antes de pintar o en tanto pintaba su “Venus del espejo”, y no Goya al pintar su “Maja desnuda”. En ella Goya sólo pinta el deseo de lo imaginado, además de esos fondos y telas prodigiosos. Quizás a Goya no le hacía falta. Goya era mucho Goya: genial aun sin tener delante a la Duquesa de Alba”.
Eduardo Naranjo, pintor.