Algunas casas tienen un jardín con una palmera. Son casas de indianos. La palmera era la metáfora y el resumen de su vida. La casa simbolizaba lo que ganaron en América. La casa, por tanto, a medida que pasan los años, envejece. Y cuando sus habitantes se van, se arruina irremediablemente. Sin embargo, la palmera cada vez es más alta. La vida de la palmera de la casa de los indianos es su verdadero legado. El homenaje permanente a los que cruzaron el océano intentando mejorar sus vidas. La ruina de sus casas, en contraposición a la silueta imponente de las palmeras que plantaron en esos jardines, recuerda la miseria de volver con una riqueza que en su mayoría querían, pero que no necesitaban, porque lo que ellos añoraban era, básicamente, el olor de la tierra que les vio nacer.
Y ese olor, nunca volvieron a recuperarlo.
Luis Cercós
No hay comentarios:
Publicar un comentario