27 de diciembre de 2007, Benazir Bhutto muere acribillada a balazos tras un mitin en Rawalpindi. Pakistán pierde de manera dramática a una mujer que peleaba por ser su presidenta; el mundo entero vive pendiente de lo que ocurre en uno de los lugares más tensos del planeta. Justo ese día, soitu.es se estrenaba en la Red. Nacía con la energía necesaria para convertirse en un sitio de información útil, independiente, participativo y diferente. Sólo 22 meses después el mundo ha cambiado y soitu se tiene que despedir hoy de sus lectores.
El diario digital soitu (http://www.soitu.es/), nacido en los últimos momentos de alegría económica echó su cierre el 27 de octubre de 2009 pero gracias a su carácter digital la cabecera sigue colgada en la red y pequeñas actualizaciones permiten a su millón largo de lectores seguir consultando los viejos contenidos. Eso es lo que he hecho yo para volver a leer el artículo arquitecturas de contraataque de Diego Fullaondo publicado el 10 de julio de 2008 (ver todas sus entradas en http://www.soitu.es/soitu/tags/portadilla/diego_fullaondo).
Agradecí en su momento que nuestra rehabilitación del edificio de la calle Orellana de Madrid (foto de Gonzalo Sanz) apareciese asociado a la obra del arquitecto sevillano Santiago Cirugeda (http://www.recetasurbanas.net/) y al edificio berlinés “Bonjour Tristesse” de Alvaro Siza (http://www.youtube.com/watch?v=noNDkNbV3IA).
Pero sinceramente, lo que más me interesó de aquel artículo fue precisamente su nombre, por lo que automáticamente me identifiqué con el concepto de contraataque utilizado por su autor:
El portugués (Siza) genera con sus obras esa difícil continuidad cualificada con los valores más positivos del entorno.
Cirugeda tiene también un ojo especial para detectar lo negativo de la situación preexistente, lo que le falta, la fisura legal y formal por la que puede colarse para construir su propuesta.
Por utilizar un burdo símil futbolístico son arquitecturas de contraataque. De forma parecida a la canción-protesta o el arte-denuncia, son arquitecturas que necesitan que el otro equipo, la ciudad, la sociedad, juegue y lleve el peso del partido. Ellos la observan, la estudian, la escudriñan con ojos asesinos, para después, en el momento preciso, contraatacar a sus puntos flacos o utilizar el recurso de lo inesperado.
Aunque en lo básico puedo llegar a compartir la mayoría de las palabras de Fullaondo, no puedo dejar de apuntar aquí, entre otras cosas porque esta entrada la escribo yo, que se olvida de la primera acepción de la palabra contraataque y que no es otra cosa que la reacción ofensiva contra el avance del enemigo. No es por tanto la ciudad o la sociedad quién lleva el peso del partido sino nosotros (los que hacemos arquitectura de contraataque). Y son precisamente los otros (los que se atienen a las normas) quienes dieron por perdida de antemano la lucha contra el desordenado y muchas veces injusto orden establecido.
Por cierto, mientras escribo esto vuelvo a escuchar, 34 años después de la muerte del dictador, Al vent y Diguem no, ambas de Raimon (http://www.youtube.com/watch?v=MivVE4EMSaU), y me siguen pareciendo bellísimas.
No,
jo dic no,
diguem no.
Nosaltres no som d’eixe món.
jo dic no,
diguem no.
Nosaltres no som d’eixe món.
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
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