Dibujar y hacer arquitectura son cosas diferentes. Aunque a veces, el dibujo de arquitectura se confunda con la propia arquitectura o aunque otras, un dibujo de arquitectura llegue a ser, o sea en sí mismo, pura arquitectura.
Cada época tiene una forma distinta de representar su propia arquitectura, en la medida en la que el dibujo, al igual que la arquitectura, es reflejo de una determinada forma de entender el tiempo que nos ha tocado vivir.
A veces un dibujo, realizado con mayor o menor pericia, se transforma en un documento de innegable libertad expresiva, política o ideológica.
En un dibujo es tan importante lo que se dice, como lo que se omite.
Un dibujo, en arquitectura, no es nada o lo es todo.
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