El edificio de la Avenida Las Heras 2214 (en el barrio
de Recoleta) fue concebido inicialmente entre los años 1909 y 1910 para
albergar a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y es la única construcción
neogótica, de carácter monumental no religioso en la ciudad de Buenos Aires.
En la elaboración del proyecto definitivo el ingeniero civil
y arquitecto Arturo Prins (nacido en Uruguay 27 de agosto de 1877, nacionalizado
argentino en 1929 y muerto en Buenos Aires el 5 de octubre de 1939), contó con
la colaboración de dos arquitectos italianos recién llegados a la Argentina,
Franciso Gianotti y Mario Palanti, quienes luego serían exitosos por separado.
Prins (1877-1939), graduado de la Escuela de Ciencias Exactas
Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires en 1909, estudió
arquitectura en Francia e Italia, fue profesor de Teoría de la Arquitectura en
la misma y desempeñó distintos cargos a nivel nacional y provincial.
Si bien Prins ganó el concurso con su proyecto denominado “Luis
XIV”, cuyo nombre nos puede dar idea del aspecto de la idea ganadora, las
autoridades de la Facultad decidieron posteriormente cambiar ese estilo por un
gótico, encomendándole al mismo ingeniero civil y arquitecto el nuevo proyecto
y la posterior dirección de la obra.
El proyecto definitivo preveía ocupar toda la manzana
comprendida por la avenida Las Heras y las calles Cantilo, Pacheco de Melo y
Azcuénaga. La volumetría general se estructuraba en un subsuelo, planta baja
avanzada formando una terraza alrededor de todo el edificio y tres pisos con
patios jardines internos, se coronaba con una torre central de gran altura y
torres laterales más bajas y contaba con tres accesos, el principal sobre la
Avenida Las Heras y otros dos sobre los frentes laterales.
Desde su concepción, a partir del proyecto Luis XIV y su
cambio al estilo gótico, esta construcción sufrió sucesivas reformas. Las
modificaciones eran constantes, tanto en los planos como en la propia obra, que
comenzó en 1912. Debido al alto costo de la construcción, las autoridades de la
Universidad y Prins acordaron su realización a medida que se consiguieran los
fondos.
Motivos internos y externos, como la Primera Guerra Mundial, provocaron
una importante alza en el costo de los materiales y obligaron a detener
reiteradamente la construcción. La necesidad de trasladar la Facultad de
Derecho, que funcionaba en la calle Moreno 350 (hoy “Museo Etnográfico
Juan B. Ambrosetti”, dependiente de la Facultad de Filosofía y Letras de la
UBA), hizo que se habilitara parcialmente el nuevo edificio en 1925.
Sin embargo, los problemas presupuestarios no cesaron y no se
pudo realizar el revestimiento interior ni exterior y menos aún la torre
principal. Continuaron lentamente las obras hasta 1938, fecha en que se evaluó
la conveniencia de terminar la construcción frente a los altos costos y las
nuevas necesidades.
En 1939 se sanciona la ley 12578, por la cual se autoriza la
inversión de $ 6.000.000 destinados a la construcción de otro nuevo edificio
para la Facultad de Derecho. Antes de que se aprobara esta nueva construcción
ya habían comenzado a circular rumores sobre posibles errores de cálculos. La
sanción de la ley y la muerte del Ing. Prins en el mismo año imposibilitaron la
conclusión del edificio. "Así, el rumor de que el Ing. Prins se suicidó al
darse cuenta de errores de "cálculos" tomó fuerza y, con el paso del
tiempo y la ignorancia del tema, el rumor parece haberse convertido en una
verdad absoluta", concluye la investigación de María del Carmen Maza sobre
la gestación y construcción fallida del edificio de Las Heras.
En 1948 se cede el edificio de Las Heras 2214 a la Facultad
de Ingeniería, que actualmente lo utiliza para el dictado de cursos de grado,
de posgrado y como sede del Museo de Ciencia y Técnica. La Facultad de Derecho,
que inicialmente iba a ser la receptora del edificio, se trasladó a una nueva
sede, de estilo neoclásico, en la Avenida Figueroa Alcorta.