Estaba yo un día delante de
las ruinas de un edificio que fue hermoso y comencé a pensar que mientras que
para algunos –arquitectos fundamentalmente- la arquitectura es todo, para otros
muchos -arquitectos incluidos- la arquitectura no es nada. Vida y muerte de la
arquitectura: arquitectura y ruinas de arquitectura.
Como la propia vida, un
intermedio entre la nada (lo que fuimos antes de nacer) y la nada (lo que
seremos tras dejar este mundo).
La arquitectura abarca
entonces todos los ingenios ideados por el hombre para satisfacer sus
necesidades más primitivas: cobijo, vestido, sexo y religión. O tal vez, ninguno
de ellos.
O quizá, solamente, el camino
o una herramienta para alcanzarlos.
Luis Cercós, restaurador de arquitectura.
Santiago, Chile