Dibujar y hacer arquitectura son cosas diferentes. Aunque a veces, el dibujo de arquitectura se confunda con la propia arquitectura. O aunque otras, un dibujo de arquitectura llegue a ser, o sea en sí mismo, pura arquitectura.
Quizá por esa complejidad hay interés evidente en el estudio, exposición e incluso compra de dibujos de arquitectura.
Cada época tiene una forma distinta de representar su propia arquitectura, en la medida en la que el dibujo, al igual que la arquitectura, es reflejo de una determinada forma de entender el tiempo que nos ha tocado vivir.
A veces un dibujo, realizado con mayor o menor pericia, se transforma en un documento de innegable libertad expresiva, política o ideológica.
Un dibujo, en arquitectura, no es nada o lo es todo. Hay arquitectos, muchos, que dibujan muy bien y hacen muy mala arquitectura y otros que dibujando peor, hacen una arquitectura magnifica.
Un dibujo es una idea y por eso, en muchas ocasiones, un dibujo es la expresión inicial de la manera sobre la que intervenir en un lugar. Por esto, en un dibujo, es tan importante lo que se dice como lo que se omite.
Dibujar arquitectura es reducir un lugar a una hoja de papel.
De todo esto y de muchas otras cosas más habla la exposición de “dibujos de arquitectura y ornamentación del siglo XVIII” que hasta el 22 de noviembre de 2009 se puede ver en la sede de la Biblioteca Nacional de España, Pº de Recoletos, 20 de Madrid.
Quizá por esa complejidad hay interés evidente en el estudio, exposición e incluso compra de dibujos de arquitectura.
Cada época tiene una forma distinta de representar su propia arquitectura, en la medida en la que el dibujo, al igual que la arquitectura, es reflejo de una determinada forma de entender el tiempo que nos ha tocado vivir.
A veces un dibujo, realizado con mayor o menor pericia, se transforma en un documento de innegable libertad expresiva, política o ideológica.
Un dibujo, en arquitectura, no es nada o lo es todo. Hay arquitectos, muchos, que dibujan muy bien y hacen muy mala arquitectura y otros que dibujando peor, hacen una arquitectura magnifica.
Un dibujo es una idea y por eso, en muchas ocasiones, un dibujo es la expresión inicial de la manera sobre la que intervenir en un lugar. Por esto, en un dibujo, es tan importante lo que se dice como lo que se omite.
Dibujar arquitectura es reducir un lugar a una hoja de papel.
De todo esto y de muchas otras cosas más habla la exposición de “dibujos de arquitectura y ornamentación del siglo XVIII” que hasta el 22 de noviembre de 2009 se puede ver en la sede de la Biblioteca Nacional de España, Pº de Recoletos, 20 de Madrid.
Luis Cercós (LC-Architects)
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