En un momento en el que se debate la posibilidad, prácticamente confirmada, de ampliar la edad de jubilación hasta los 67 años voy a permitirme un poquito de demagogia. Sí, ya sabéis, “demagogia” en el sentido político del término: dominación tiránica de la minoría mayoritaria. Y con esta casi cínica excusa voy a traer aquí a una octogenaria en activo: la singular creadora francesa Andrée Putman (http://www.andreeputman.com/), para Le Monde “la diosa vestal del diseño inmaculado”.
El gusto excesivo por el detalle o la aparentemente austera sofisticación de los interiores de la Putman se enfrentan irreversiblemente a mi actual obsesión por la búsqueda de una atmósfera que me sugiera o de una textura que me envuelva.
Pero dicho todo esto, no puedo por menos que asumir que hay algo en el trabajo de esta mujer que me emociona y que posiblemente esté en la utilización de un método puramente visual que me resulta familiar, pues dicen de ella que no trabaja con planos o perspectivas y que visita el espacio y se imagina el resultado final.
Por eso no dudo que la posibilidad de trabajar con ella, o con gente como ella, supondría una oportunidad ineludible.
Luis Cercós (LC-Architects)
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