El 21 de febrero de 1869 se inauguró, en un local anexo a la Escuela Normal de Maestras, la Asociación para la Enseñanza de la Mujer (A.E.M.), según una idea que el rector de universidad y profesor de teología D. Fernando de Castro imaginó allá por 1837.
Con el impulso y las ideas de Castro, la Asociación y sus benefactores llevarían pronto a cabo un edificio singular sobre el terreno que ocupó su casa en Madrid, especialmente adaptado para la enseñanza y en el que crearían la Escuela de Comercio para Señoras, las Academias de Idiomas y de Arte, la Escuela de Correos y Telégrafos, una Escuela Primaria elemental y otra Superior, una Escuela de Bibliotecarias y Archiveras y una Escuela de Mecanógrafas.
En 2005 tuve el privilegio de codirigir la ejecución de las obras de restauración de aquel edificio, situado en un solar entre las madrileñas calles de San Mateo, 15 y Beneficencia, según proyecto del arquitecto Luis Maldonado Ramos, actual director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid.
La intervención, una de las pocas de las que me siento verdaderamente satisfecho, fue posible merced a la diaria dedicación y a la concepción espacial del alma de ese edificio, Miguel Muñoz Yusta y del Álamo, actual director de la Fundación Fernando de Castro (http://www.fernandodecastro.org/).
Los técnicos no éramos aquí otra cosa que transmisores de los valores patrimoniales (tangibles e intangibles) que la propiedad no estaba dispuesta a destruir y traductores de los sentimientos y sensaciones que debían permanecer sobre los muros del edificio.
Luis Cercós (LC-Architects)