miércoles, 16 de agosto de 2023

Pilar López de Ayala (Madrid, 1978)

Medianeras fue una película argentina de 2011 que me gustó. Coincidió, además, con nuestro traslado a aquel país. Ya hablé en este blog de aquella película, cuyo nombre encaja perfectamente en este lugar en el que vierto lo que considero relevante para mi profesión. Hoy quiero hablar de su actriz protagonista, la española Pilar López de Ayala, que este año estrena dos películas tras 5 años de silencio. Hacer películas, o interpretarlas, o ejercer la arquitectura es un poco lo mismo, profesiones en las que no cabe hablar de seguridad. 

- Usted decidió parar. 


- No, no, a mí me gustan las pausas, pero no las pausas de 5 años. No, esto es algo que pasa en la vida de los actores (o en la de los arquitectos), en la que hay momentos de mucho trabajo y momentos de parón que tampoco han de ser considerados fracasos. Son simples momentos de una vida que hay que encarar de la mejor forma posible. ... Es una profesión complicada: (1) no me han llegado casi proyectos, y (2) los proyectos que me han llegado y me han gustado, por alguna razón, no han encontrado financiación. 


(La pregunta y la respuesta están recogidos de la entrevista aparecida en el n° 2443 de El País Semanal (domingo 23 de julio de 2023). 

martes, 11 de julio de 2023

Figuras inacabadas


Todavía no hace un año que falleció Javier Marías, un escritor al que seguía más por sus artículos que por sus libros. Fue precisamente a partir de su fallecimiento que comencé a leer sus novelas y sus cuentos. En estos días estoy leyendo el ejemplar que se conserva en la Bibliothèque publique d'information del Centro Pompidou de París del libro Cuando fui mortal (Alfaguara, 1996). 

Entre sus 12 cuentos, casi todos me han gustado, hay uno que quiero anotar aquí pues este blog me sirve de cajón de sastre en el que guardar recuerdos que quizá algún día utilice para otra otra. O quizá no. El cuento número 5 se llama Figuras inacabadas y fue escrito, por encargo, en 1992: 

Me interesa porque habla de una de mis obsesiones profesionales: la falsificación. El segundo párrafo empieza así: Custardoy es copista y falsificador de cuadros. Cada vez recibe menos encargos para su segunda actividad, la mejor retribuida, porque las nuevas técnicas de detección hacen casi imposible el fraude, al menos en los museos. 

Y aunque no venga del todo al caso, en otro cuento leo una frase que me ha encantado: 

El hombre se llama Manolo Reyna y tiene suficiente dinero para no mancharse las manos nunca


 

lunes, 20 de febrero de 2023

Vers l'année 2030

Ya no tengo la fuerza de antes, pero mi cerebro -al menos por ahora- comienza a comprender verdaderamente mi profesión. Sin embargo, viendo el declinar de alguno de mis maestros -la mayoría, pero no todos, es verdad-, sé que la curva de productividad intelectual también en algún momento cada vez más próximo alcanzará la nota más alta que yo conseguiré en mi vida. Y en ese momento, ojalá tenga la lucidez suficiente para dar un paso al costado. De hecho, siguiendo el camino de Daniel Day Lewis (reinventado en la bella y eterna Florencia como artesano zapatero), ya he encontrado la que será mi profesión durante los últimos años de mi vida: encuadernador-restaurador de libros. Y muy probablemente, alguien en el siglo XXII abrirá en algún lugar alguno de los libros que pasaron por mi casa. Pero no creo que nadie recuerde que yo restauré monumento o antimonumento alguno. Esto me hace pensar en el éxito verdadero: saber pasar páginas.