lunes, 28 de octubre de 2013
Ciencia y Posciencia en América Latina (II)
Quienes me conocen saben que aunque nací en Madrid y tengo hijas españolas, también soy padre latinoamericano y, fundamentalmente durante el último lustro e intentado ver el asunto de la colonización española sin fundamentalismos de ningún tipo: ni todo fue tan maravilloso como estudié de niño, ni tan rotundamente vergonzoso como se escribe en muchos medios de este lado del Atlántico (escribo hoy desde Buenos Aires). Todo eso intenté explicarlo a propósito de mi conferencia en la Sociedad Central de Arquitectos del pasado mes de octubre, "Patrimonio e Ideología" y que tenía como excusa la sustitución de la escultura de Cristobal Colón en Buenos Aires por una estatua de Juana Azurday, guerrillera de la Independencia y coronel del ejercito argentino, oriunda de Sucre (Bolivia) y ascendida a general a título póstumo.
Pero como ya hemos explicado en la entrada anterior, el modelo de colonización que España llevó al Nuevo Mundo mantuvo las características básicas de su cultura y estructura política, social y económica. Lo que ocurrió en España a propósito del retraso científico también repercutió en el retraso latinoamericano.
Vuelo a citar la obra de Helio Juaribe, "Ciencia y Tecnología en Contexto Sociopolítico de América Latina", redactado en 1971 pero vigente todavía:
"Según cálculos de Roberto Simonsen, las colonias expañolas produjeron de 1493 a 1803, más de 1 billón de libras esterlinas de plata y 100 millones de oro; en cuando a Brasil, en el mismo período, produjo cerca de 200 millones de libras esterlinas de oro -además de diamantes- proveyendo América Latina, en conjunto, el 90% de la riqueza metálica que alimentó a Europa, hasta comienzos del siglo XIX. Paralelamente, la producción azucarera de Brasil se elevaba, rápidamente, a fines del siglo XVI, alcanzando en la primera mitad del siguiente, un valor anual medio de más de 2'2 millones de libras esterlinas".
Lo terrible de todo esto, tanto para España, Portugal, como para América Latina, es que la tecnología necesaria para el desarrollo de esta economía no implicaba complejidad teórica y los descubrimientos científicos en América Latina no se acercaron en forma sensible hasta la segunda mitad del siglo XVIII, una vez que la Ilustración consiguió, por fin, poner fin a la larguísima cultura medieval española.
Luis Cercós
Buenos Aires, Argentina
Apuntes para una teoría latinoamericana de restauración: la restauración poscientífica.