Mientras hay vida, hay esperanza. Esta anciana venerable, Estela de Carlotto (Buenos Aires, 1930) ha puesto hoy punto final a una búsqueda de 35 años. No parará, pues todavía luchará -estoy seguro- por seguir encontrando nietos desaparecidos.
A finales de noviembre de 1977 ella era una mujer alejada de actividades públicas, maestra de primaria y ama de casa. Su hija Laura Estela Carlotto fue secuestrada por el eufemísticamente denominado gobierno militar (desgobierno, en realidad una dictadura salvaje y cruel) estando embarazada de 3 meses. Por testimonios supo que su hija, torturada, fue mantenida con vida hasta el nacimiento de su hijo, nieto de Estela de Carlotto. El nombre del bebé, Guido.
Muchos años después, por iniciativa propia y como consecuencia de dudas razonables sobre su identidad, Guido se somete voluntariamente a prueba de ADN. Resultado: él es el hijo de Laura Carlotto y en consecuencia, nieto de Estela. Hasta ayer Ignacio Hurban, músico y director de una orquesta de jazz y de la Escuela de Música "Hermanos Rossi" de Olavarría (Argentina).
Mi vida hasta hace dos días, ha sido absolutamente feliz.
Desde hoy, también Guido Carlotto, como su abuelo, el nombre que su madre quería ponerle según manifestó a compañeras de cautiverio.
La noticia, aunque triste -por todo lo que ha ocurrido, por todo lo que no ha ocurrido en estos 36 años- es una buena noticia.
Mi admiración a Estella Carlotto. Mi enhorabuena a la familia. Mi deseo de que la lista de nietos recuperados por la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo siga creciendo.
Buenos Aires, Argentina