Cada día aparece alguna noticia que viene a certificar la defunción del nuestro sector. Ayer, por ejemplo, el Ayuntamiento de Madrid anunció que se aplaza la construcción del centro internacional de convenciones (327 millones de euros) y del nuevo estadio de atletismo de Vallehermoso (98’6 millones de euros), además de 174’40 millones de euros más en otras obras de menor relevancia.
Estas medidas, unidas a la renegociación de los contratos municipales de servicios (basuras y limpieza, por ejemplo) y el retraso en equipamientos sociales, recortará el gasto del ayuntamiento madrileño en una cifra estimada de 1.041 millones.
Medidas que posiblemente estén bien desde una perspectiva de exclusiva contención del gasto público pero que serán terribles para la conservación del tejido empresarial madrileño y que, previsiblemente, desembocarán en el cierre de empresas y en un aumento del desempleo en el sector.
Mientras tanto el Real Madrid, C.F. va a pagar previsiblemente 16 millones de euros por la cláusula de rescisión del contrato de José Mourinho con el Inter de Milán y el futuro nuevo entrenador cobrará durante los próximos 4 años, entre 40 y 44 millones de euros (a falta de concretar exactamente el sueldo anual del nuevo entrenador: entre 10 y 11 millones de euros). A esto añadimos los 4 millones de euros de la clausula de rescisión que el Real Madrid pagó el año pasado por la liberación del contrato de Manuel Pellegrini y los 5 millones de euros de la liquidación por despedirle un año antes del fin de su contrato.
Este señor va a cobrar durante los próximos 48 meses, casi un millón de euros al mes. La situación es España es dramática. Ni es lógico, ni parece ético el enorme derroche.
Aunque eso, a la mayoría, no le importa. Todos tan contentos.
Lo de siempre, pan y circo.
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com