En octubre de 2008, la Escuela Técnica de Arquitectura de A Coruña, España, buscó incentivar a sus nuevos alumnos con un espectáculo que les permitiera entrar relajados a la carrera: contrató a dos actrices para hacer una performance que instruyera sobre la falta de prejuicios, para “abrir la mente a los nuevos alumnos”. Sin embargo, la propuesta se les fue de las manos: “No se trataba de un striptease, sino de un espectáculo didáctico relacionado con los trabajos que los alumnos habían realizado durante la semana que duró el curso de iniciación”, tuvo que explicar José Manuel Casabella, director de la Escuela. Durante su actuación, las dos actrices se quitaban la ropa (un uniforme de soldado y un mono de obra) y con este acto querían simbolizar que se despojaban de las ataduras que le impedían respirar. A continuación se volvían a vestir con ropas más cómodas e informales. La noticia generó cierta polémica en 2008 pero lo que allí ocurrió debería de haberse entendido dentro de su intención: en la mayoría de los casos somos nosotros y nuestros prejuicios los que ponemos las barreras más altas a nuestro trabajo. Algunos estudiantes lo entendieron, otros no. Pero lo verdaderamente preocupante es que este hecho fuese publicado en la mayoría de los diarios de tirada nacional y regional. Traigo a colación esta anécdota con motivo del estreno de la obra Coeurs croisés (corazones cruzados) del coreógrafo francés Philippe Decouflé y su compañía DCA en el Teatro circo Price de Madrid. Y es que aquí, siempre nos escandaliza lo mismo (el cuerpo humano desnudo) y no lo que debería escandalizarnos (lean ustedes los periódicos de hoy y lloren). Dice el periodista (Roger Salas, El País, Local, páginas 1 y 5 del 15 de mayo de 2010) que ni en el programa de mano ni en la web del festival se advertía que el espectáculo tenía un alto contenido erótico y yo, nada más entrar en la página leo "streptease" en dos ocasiones, "deseo" en una y además las palabras "placer", "erotismo", "desnudo", "desnudez" y "Josephine Baker" (http://www.teatrocircoprice.es/web/espectaculo.php?esp=53): Si algo distingue a Philippe Decouflé en escena es su sentido el humor y la singularidad de sus coreografías. En Coeurs Croisés, Decouflé despliega sobre el escenario una fantasía burlesca a medio camino entre el circo, la danza, la comedia y el striptease. Los intérpretes se desnudan, ríen, bailan y cantan, contraviniendo todas las reglas y provocando deseo, alegría y placer sin culpa. Lejos de San Agustín y cerca de las posibilidades cómicas y acrobáticas que ofrecen los Hermanos Marx, Buster Keaton y Mae West, Coeurs Croisés recuerda a la desnudez indomable de Josephine Baker y al erotismo de las bailarinas de la edad de oro del music hall americano como Lilly Saint Cyr y Rose la Rose.
Luis Cercós (LC-Architects) http://www.lc-architects.com/
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