La selección de los materiales más adecuados para la restauración de un edificio o monumento requiere la caracterización previa de los materiales presentes y el desarrollo de pruebas y ensayos en laboratorio.
Por ello, es necesario “diseñar” un plan de análisis adecuado a cada situación, con el propósito de determinar el estado de conservación de los materiales presentes en una obra y la selección de los nuevos a emplear en su restauración teniendo en cuenta tanto sus características químicas y físicas, como su durabilidad.
La determinación de las metodologías de restauración idóneas requiere un estudio previo de los materiales presentes con el fin de definir de manera precisa su grado de deterioro. El conocimiento de los materiales a través de la aplicación de técnicas de análisis (Espectroscopia Infrarroja, Difracción de rayos-X o Microscopía Electrónica) proporciona información acerca de sus características químico-mineralógicas.
Por otro lado, la determinación de su comportamiento hídrico y mecánico permite evaluar las propiedades estructurales de los materiales objeto de estudio y su susceptibilidad a sufrir procesos de deterioro.
Finalmente, la selección de los materiales para la restauración se lleva a cabo teniendo en cuenta las características de los materiales presentes y su estado de conservación, y la durabilidad de los nuevos a emplear, que se evalúa mediante la realización de ensayos de envejecimiento artificial en el laboratorio.
Laboratorio de Análisis Físico-Químico