viernes, 11 de diciembre de 2009

DECÍAMOS AYER












Como Fray Luis tras de su largo encierro«Decíamos ayer...» también digamos.¿Han pasado años? En la cuenta hay yerro,O nosotros con ellos no pasamos.

Rafael Pombo (Colombia, 1833-1912)

Hablando de tiempo, como decíamos ayer, me divierte empezar con la anécdota, a quién le importa si verídica o no, de la frase con la que Fray Luis de León dicen que empezó, tras cinco largos años de encarcelamiento, el nuevo inicio de sus clases (http://es.wikipedia.org/wiki/Fray_Luis_de_Le%C3%B3n).

Decíamos ayer, digo, que hoy a hablaríamos del trabajo de la fotógrafa Lara Almárcegui, una artista que se sirve de la construcción y de la ciudad para hablar de la realidad a veces imperceptible, de los lugares en los que habitamos y nos movemos.

¿Qué hay debajo del suelo que pisamos?

“Es un proyecto pensado para intervenir en una sala de exposiciones y no considerarla como mero contenedor. Consiste en levantar el suelo hasta llegar al material que hay debajo. Si puede ser tierra, mejor. Luego se vuelve a colocar. Cuando se inaugura la exposición, parece que no se ha hecho nada, pero mediante la proyección de una serie de pequeñas diapositivas se cuenta el proceso. La proyección muestra el sitio donde estás, te enseña lo que hay debajo de ti”.

En 1995 el Mercado de Gros (ver foto 1 - Restaurando el Mercado de Gros - San Sebastián, España) iba a ser demolido. Sin embargo cuando Lara visitó el lugar para hacer las fotografías que se expondrían durante sólo un día (el anterior al derribo) comprobó que los puestos seguían abiertos y que los comerciantes y sus clientes seguían mercadeando sin inmutarse. El mercado desaparecería de un día para otro y nadie parecía tener conciencia de aquel hecho.

Yo quería reivindicar los valores del mercado, el edificio, su significado social. Por eso me puse a restaurarlo, que era una idea loca, porque sabía que lo iban a demoler de todas formas”.

¿De qué están hechas las cosas?


A la manera de una receta de cocina los edificios podrían llegar a considerarse una suma de ingredientes. Ver foto 3 (Depósito de agua, Francia, 2000) y foto 4 (Sala de exposiciones, Francia, 2004).

“Los mezclas y sale el pastel”


En montaña de escombros (Foto 2 - Bélgica, 2005) nos mostró una casa recién demolida:

“Después se llevaron los escombros y el solar quedó vacío un mes. Después se volvieron a traer y estuvieron mientras duró la exposición. Transportarlos suponía un esfuerzo, pero me gustaba el contraste entre el solar vacío y la montaña”.

Mientras reviso el trabajo de Lara Almárcegui rememoro antiguos momentos de mi ejercicio profesional y me veo, también yo, combinando los ingredientes de la receta, deconstruyendo, incidiendo en el lugar. Y me asusto.

Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/


“Cuando uno va por la calle y observa cómo ha caído una casa entre paredes medianeras y queda al descubierto la referencia de la vida que hubo, recuerden aquel inventario, de los olores, los sabores. Cuando aparecen a ambos lados, en las dos medianerías esos colores azules, rosados, verdes, que nos están indicando formas de vida, y tienen huellas todavía de los fantasmas familiares todavía vivos, donde se encuentran los desconchados aquellos, a la vista del público, de los que Leonardo decía que no hay pintor que pueda emularlos. Cuando vemos esas paredes, al caer el edificio, que nos están delatando que allí estuvo el amor, allí estuvo la vida, allí estuvo la muerte, tientan, poco pudor, los demoladores, que por lo menos debieran cubrirlas, porque están exhibiendo las vergüenzas de la ciudad a la vista del público. Digo yo que no hay un espectáculo más desolador que ver esas paredes medianeras, ya no medianeras, porque penetran al interior de las casas, donde aparecen las huellas de la vida, de la peculiaridad y de la intimidad. Se dice todavía en los libros de arquitectura y urbanismo que el tejido urbano es orgánico, y claro que lo es, y lo orgánico significa vivo. Destruir el tejido de la ciudad es ir cortando como en arqueología, como en historia, pero más grave todavía, porque ese tejido es vivo, porque entre pared medianera y medianera está la vida. Es ir cercenando, destruyendo, la vida”.

Santiago Amón, Poética de la Ciudad

Ver también, la biblioteca, un relato breve de Luis Cercós (http://lc-architects.blogspot.com/2009/11/la-biblioteca-un-relato-breve-de-luis.html).

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