domingo, 6 de junio de 2010
¿Verdadero o falso?
Hoy EL PAÍS Domingo publica una entrevista, aparentemente real, a Tommaso Debenedetti, temporalmente famoso por haber sido descubierto como autor de gran cantidad de entrevistas falsas publicadas en medios de comunicación italianos durante los últimos 10 años: a premios Nobel de literatura, a autores de best seller, al Dalai Lama, a Lech Walesa, a Mijail Gorbachov o Joseph Ratzinger, entre otros. Impresionante curriculum para un periodista.
Lo verdaderamente curioso del caso es que aún siendo falso, es impresionante, por lo que las entrevistas, para ser mínimamente creíbles, tenían de documentación, tiempo y necesidad de investigación.
“Me gusta ser el campeón italiano de la mentira. Creo que he inventado un género nuevo y espero poder publicar nuevos falsos en mi web, y la colección en un libro. Por supuesto, con prólogo de Philip Roth, ya veremos si falso o verdadero”.
En realidad, la historia podría tener cierta relación con el asunto del que ya hablábamos en nuestra entrada del miércoles 26 de mayo de 2010 (http://lc-architects.blogspot.com/2010/05/sostenible-y-sustentable.html ) y que finalizaba con la famosa frase del torero: “lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible”. O cómo se explica si no el hecho de que estos medios de comunicación italiana pagasen 40 euros por tres entrevistas y además estuvieran convencidos de que eran reales:
“Sí, era apasionante. Por la mañana era profesor, por la tarde hablaba con gente como Arthur Miller, Roth, Gorbachov o el Papa. Les hacia contar su vida entera y las piezas se publicaban, a veces con una llamada en primera página que satisfacía mi vanidad. Aunque me pagaran solo 30 euros o a veces nada, y jamás me dieran las gracias por mis exclusivas. Eso demuestra que todo era un juego. Todos sabían. Solo que actuaban como si no fueran invenciones.
Una vez mi madre me llamó diciéndome que había llegado el pago de La Nazione: 40 euros por tres entrevistas. Sigo siendo anónimo, o casi. En Italia casi nadie habla de mi caso porque supondría profundizar en la farsa de la información”.
El caso es que la historia de Debenedetti me ha recordado a la de Elmyr de Hory (nacido 'Hoffmann Elemér'). Cuenta la historia que un día, sumido en la más absoluta pobreza, aceptó vender a una amiga suya un dibujo propio que la compradora consideró de Picasso. Dicen que Elmyr llegó a vender más de 1.000 de sus cuadros pintados a la manera de Picasso, Modigliani, Matisse, Degás, Miró y otros artistas importantes del siglo XX. Artistas con estilos tan contrapuestos que parecería imposible que una misma persona pudiera realizarlos todos.
Pero en realidad, los cuadros de Hoffmann Elemér no eran falsificaciones en la medida en que no copiaban cuadros de artistas reconocidos sino que se limitaban a creaciones propias supuestamente concebidas a la manera de otros. Él siempre defendió que no necesitaba copiar a artista alguno, pues tenía imaginación suficiente como para hacer obras nuevas, inéditas. Los cuadros de Elemér no estaban firmados. De hecho es posible que su marchante pusiera las firmas pero nunca se sabrá si el artista conocía o no el destino de sus cuadros: se suicidó en la isla de Ibiza el 11 de diciembre de 1976, poco después de recibir la noticia de que iba a ser extraditado para ser juzgado por falsificación. Previamente se había despedido de algunos de sus amigos más íntimos de la isla.
¿Cuántas veces hemos visto edificios que nos recuerdan a la obra de otros? ¿Cuántas ciudades del mundo tienen puentes de Calatrava no firmados por Calatrava, por ejemplo? ¿Cuántos arquitectos proyectan rodeados de revistas de arquitectura e inspirados por imágenes ajenas?
Falsificación o método. O como dice el texto supuestamente sagrado (¿existió Jesús o es también fruto de la imaginación de falsificadores?: Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
"Querido Roth, usted no conoce Italia. Aquí solo se hace héroe a quien va con el viento, nunca al que critica el sistema o se divierte diciendo la verdad. Jamás seré un héroe, pero seguiré diciendo la verdad. Y sé bien que esto suena extraño viniendo de mí".
Luis Cercós (LC-Architects)
luiscercos@hotmail.es
http://www.lc-architects.com/
Lo verdaderamente curioso del caso es que aún siendo falso, es impresionante, por lo que las entrevistas, para ser mínimamente creíbles, tenían de documentación, tiempo y necesidad de investigación.
“Me gusta ser el campeón italiano de la mentira. Creo que he inventado un género nuevo y espero poder publicar nuevos falsos en mi web, y la colección en un libro. Por supuesto, con prólogo de Philip Roth, ya veremos si falso o verdadero”.
En realidad, la historia podría tener cierta relación con el asunto del que ya hablábamos en nuestra entrada del miércoles 26 de mayo de 2010 (http://lc-architects.blogspot.com/2010/05/sostenible-y-sustentable.html ) y que finalizaba con la famosa frase del torero: “lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible”. O cómo se explica si no el hecho de que estos medios de comunicación italiana pagasen 40 euros por tres entrevistas y además estuvieran convencidos de que eran reales:
“Sí, era apasionante. Por la mañana era profesor, por la tarde hablaba con gente como Arthur Miller, Roth, Gorbachov o el Papa. Les hacia contar su vida entera y las piezas se publicaban, a veces con una llamada en primera página que satisfacía mi vanidad. Aunque me pagaran solo 30 euros o a veces nada, y jamás me dieran las gracias por mis exclusivas. Eso demuestra que todo era un juego. Todos sabían. Solo que actuaban como si no fueran invenciones.
Una vez mi madre me llamó diciéndome que había llegado el pago de La Nazione: 40 euros por tres entrevistas. Sigo siendo anónimo, o casi. En Italia casi nadie habla de mi caso porque supondría profundizar en la farsa de la información”.
El caso es que la historia de Debenedetti me ha recordado a la de Elmyr de Hory (nacido 'Hoffmann Elemér'). Cuenta la historia que un día, sumido en la más absoluta pobreza, aceptó vender a una amiga suya un dibujo propio que la compradora consideró de Picasso. Dicen que Elmyr llegó a vender más de 1.000 de sus cuadros pintados a la manera de Picasso, Modigliani, Matisse, Degás, Miró y otros artistas importantes del siglo XX. Artistas con estilos tan contrapuestos que parecería imposible que una misma persona pudiera realizarlos todos.
Pero en realidad, los cuadros de Hoffmann Elemér no eran falsificaciones en la medida en que no copiaban cuadros de artistas reconocidos sino que se limitaban a creaciones propias supuestamente concebidas a la manera de otros. Él siempre defendió que no necesitaba copiar a artista alguno, pues tenía imaginación suficiente como para hacer obras nuevas, inéditas. Los cuadros de Elemér no estaban firmados. De hecho es posible que su marchante pusiera las firmas pero nunca se sabrá si el artista conocía o no el destino de sus cuadros: se suicidó en la isla de Ibiza el 11 de diciembre de 1976, poco después de recibir la noticia de que iba a ser extraditado para ser juzgado por falsificación. Previamente se había despedido de algunos de sus amigos más íntimos de la isla.
¿Cuántas veces hemos visto edificios que nos recuerdan a la obra de otros? ¿Cuántas ciudades del mundo tienen puentes de Calatrava no firmados por Calatrava, por ejemplo? ¿Cuántos arquitectos proyectan rodeados de revistas de arquitectura e inspirados por imágenes ajenas?
Falsificación o método. O como dice el texto supuestamente sagrado (¿existió Jesús o es también fruto de la imaginación de falsificadores?: Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
"Querido Roth, usted no conoce Italia. Aquí solo se hace héroe a quien va con el viento, nunca al que critica el sistema o se divierte diciendo la verdad. Jamás seré un héroe, pero seguiré diciendo la verdad. Y sé bien que esto suena extraño viniendo de mí".
Luis Cercós (LC-Architects)
luiscercos@hotmail.es
http://www.lc-architects.com/
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