La primera vez que entré en una discoteca, hace ya muchos (muchos) años, sonaba esta canción. Recuerdo como si fuera hoy aquel día. Recuerdo la forma de bailar y la alegría de la chica que me precedía y la luz mágica de aquel momento. Todavía no lo sabía, pero aquella noche estaba abandonando, definitivamente, los años de mi niñez. Era verano. No podía ser de otra forma. Verano en el hemisferio norte, seguramente agosto mediterráneo.
Luis Cercós (LC-Architects)
Buenos Aires