El local fotografía magníficamente en la película: una mínima reforma, supuestamente con pocos medios económicos, pero que permite el uso como restaurante del interior sin perder la esencia ni la atmósfera de su pasado industrial.
jueves, 5 de agosto de 2010
Soul Kitchen, 2009
Finalmente vimos la película alemana ‘Soul Kitchen’ (Fatih Akin, Alemania, 2009) en un cine de verano de Madrid, cuestión esta última de la que ya hablaremos en otro momento porque hoy nos vamos a centrar en el edificio protagonista de la película: una antigua nave industrial alemana adaptada como restaurante por Zinos, un tipo simpático que está atravesando un mal momento: deudas con el fisco alemán, problemas con su novia, costosos requerimientos de la inspección sanitaria que amenaza con cerrarle el local y, finalmente, una galopante hernia discal.
El local fotografía magníficamente en la película: una mínima reforma, supuestamente con pocos medios económicos, pero que permite el uso como restaurante del interior sin perder la esencia ni la atmósfera de su pasado industrial.
Y aunque el filme permite otras lecturas, yo me quedo precisamente con ésta: en muchas ocasiones, un presupuesto holgado, o claramente elevado, es el resultante de intervenciones que borran y/o destruyen los valores del edificio preexistente.
Por lo demás, qué mejor manera de pasar un rato en familia, viendo al aire libre una película de calidad rodada con humor, frescura e imaginación.
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