
Los arquitectos pueden diseñar casas aparentemente maravillosas pero son quienes las habitan los que consiguen, o no, transformarlas en hogares. Muchas veces, durante mis estudios, escuché a profesores de arquitectura hablar de casas de arquitectos y una vez, uno de ellos, nos habló durante más de dos horas sobre el miedo de los arquitectos a diseñar y construir su propia casa. Por nuestra profesión tenemos cierta obligación de estar al día en lo referente a la aplicación doméstica de las nuevas tecnologías, pero reconozco no tener gran interés en los grandes avances informáticos y casi profeso un desprecio absoluto, negligente incluso, por la domótica. Reconozco, no obstante, que este blog no sería posible sin conexión a internet y que disfrutar en casa de la música o del cine, es para nosotros mucho más fácil ahora que en aquellos añorados años 60 o 70 de nuestra infancia.
El descodificador iPlus de Canal + Digital permite grabar en su disco duro hasta 250 horas, disfrutar de la programación en alta definición y controlar las emisiones en directo rebobinando y parándolas cuando quieras o necesites. Me he hecho adicto a la grabación de películas y en sólo 3 meses he almacenado, hoy lo he visto y me he asombrado, 87.
El jueves pasado reproduje, para mí solo, en el sofá de mi casa, Fort Apache, la primera de las 3 películas que John Ford dedicó a la caballería de los EE.UU.
Todos los que tantas veces me acompañaron de niño estaban allí, John Wayne, Henry Fonda, Shirley Temple, Pedro Arméndariz, Ward Bond y Victor McLahlen, con los uniformes que yo admiraba cuando era todavía un chaval y les veía bailando, bebiendo, peleando, montando a caballo y luchando contra los indios.