sábado, 30 de abril de 2011
Speed shows (I): CorpusTrip
Han ya sido varias las veces que nuestro estudio ha incorporado obras de arte (pintura y fotografía, fundamentalmente) en sus intervenciones sobre edificios preexistentes. El mural de Jack Babiloni sobre la fachada de un edificio decimonónico junto a la madrileña plaza de Alonso Martínez es quizá la más conocida, pero no la única ( http://lc-architects.blogspot.com/search/label/Jack%20BABILONI). La exposición de Mario Vela aprovechando todas las paredes del Centro de Arte de La Solana, y no solo de la sala de exposiciones, es la más reciente en el tiempo (http://lc-architects.blogspot.com/search/label/Centro%20Cultural%20La%20Solana). El uso de la fotografía artística en nuestros proyectos es también habitual (http://lc-architects.blogspot.com/2010/11/rehabilitacion-de-una-corrala-en-madrid_7800.html).
Nos interesan por tanto todas las actuaciones que aprovechan el poder de los edificios como excusa para conseguir atmósferas interesantes, estimulantes y creativas. La fotografía que acompaña esta entrada pertenece al proyecto CorpusTrip, del fotógrafo Luca Donnini, en el que se reúnen 65 retratos realizados entre 2007 y 2010.
Luca Donnini realizará más de 10.000 kilómetros en una furgoneta llena de reproducciones fotográficas que expondrá en cada una de las 20 ciudades europeas en las que realizó las fotografías. Roma, Barcelona, Madrid, Burdeos, París, Londres, Maastricht, Ámsterdam, Praga, Ljubljana, … Para estar al corriente de las fechas y lugares donde se realizarán las exposiciones hay que consultar en la web http://corpustrip.com/.
En museos y galerías las obras están esperando a que alguien entre y las mire y el espectador sabe lo que se va a encontrar. Yo quiero crear situaciones inexperadas, quiero que la gente se encuentre con las piezas por casualidad. Por eso queremos que la gente nos ayude a encontrar los sitios, que se implique con esta muestra-happening.
Las exposiciones durarán solo un día o una noche y posteriormente las obras quedarán abandonadas a su suerte, quedando el desmontaje al arbitrio de su propio público. Las imágenes impresas convencionalmente o las pintadas a mano por el autor están destinadas al mercado del arte, pero las copias blueback que viajan en la furgoneta se utilizan en estas fugaces exposiciones cuya evolución y recorrido se recogerá en un documental filmado y dirigido por el cineasta Alessio Maximiliaan Schroder.
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
Nos interesan por tanto todas las actuaciones que aprovechan el poder de los edificios como excusa para conseguir atmósferas interesantes, estimulantes y creativas. La fotografía que acompaña esta entrada pertenece al proyecto CorpusTrip, del fotógrafo Luca Donnini, en el que se reúnen 65 retratos realizados entre 2007 y 2010.
Luca Donnini realizará más de 10.000 kilómetros en una furgoneta llena de reproducciones fotográficas que expondrá en cada una de las 20 ciudades europeas en las que realizó las fotografías. Roma, Barcelona, Madrid, Burdeos, París, Londres, Maastricht, Ámsterdam, Praga, Ljubljana, … Para estar al corriente de las fechas y lugares donde se realizarán las exposiciones hay que consultar en la web http://corpustrip.com/.
En museos y galerías las obras están esperando a que alguien entre y las mire y el espectador sabe lo que se va a encontrar. Yo quiero crear situaciones inexperadas, quiero que la gente se encuentre con las piezas por casualidad. Por eso queremos que la gente nos ayude a encontrar los sitios, que se implique con esta muestra-happening.
Las exposiciones durarán solo un día o una noche y posteriormente las obras quedarán abandonadas a su suerte, quedando el desmontaje al arbitrio de su propio público. Las imágenes impresas convencionalmente o las pintadas a mano por el autor están destinadas al mercado del arte, pero las copias blueback que viajan en la furgoneta se utilizan en estas fugaces exposiciones cuya evolución y recorrido se recogerá en un documental filmado y dirigido por el cineasta Alessio Maximiliaan Schroder.
Luis Cercós (LC-Architects)
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jueves, 28 de abril de 2011
Rehabilitación del Palacio de la Música - Avance de los trabajos
MONTAJE DE CERCHAS Y CELOSÍAS
Se continúan los trabajos de montaje de las cerchas transversales prefabricadas por piezas de grandes dimensiones y su posterior ensamblaje en obra.
Paralelamente se está ascendiendo en los pisos de la zona trasera del edificio hasta llegar a la cubierta plana transitable.
http://www.lc-architects.com/
Se continúan los trabajos de montaje de las cerchas transversales prefabricadas por piezas de grandes dimensiones y su posterior ensamblaje en obra.
Así mismo y posterior al montaje de estas cerchas se instalan y sueldan las celosías longitudinales finales que sustentarán en primera instancia la cubierta de la sala polivalente.
Paralelamente se está ascendiendo en los pisos de la zona trasera del edificio hasta llegar a la cubierta plana transitable.
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lunes, 25 de abril de 2011
domingo, 24 de abril de 2011
British Airways, 1997
En 1997, British Airways presentó una nueva imagen de sus aviones encargando a varios artistas de todo el mundo que pintaran en las alas de cola de sus aviones imágenes contemporáneas de inspiración vernácula. Así modernísimos aviones parecían aún más modernos habiendo sido decorados con motivos indígenas inspirados en culturas primitivas.
20 años atrás, durante los años 70 del pasado siglo XX, en Gran Bretaña hubo un cambio de tendencia en la construcción de nuevas viviendas unifamiliares aisladas. En lugar de ambicionar nuevos edificios, quien pudo permitírselo o tuvo la suficiente imaginación, apostó por la reconversión de antiguas granjas en segundas residencias. Esta aparente tendencia individual se agrupó en 1975 en un movimiento conservacionista, Save Britain’s Heritage, fundado precisamente para proteger las casas solariegas inglesas y, 4 años después, se tradujo al inglés, por primera vez, el libro de Hermann Muthesius, Das Englische Haus (Berlín, 1905).
Aquellas reformas o rehabilitaciones solían realizarse con un lenguaje arquitectónico supuestamente rural y el resultado no merecía hueco en las revistas de arquitectura sino en las de decoración, pero iniciaron el camino para que muchos años después, otros propietarios encargaran a arquitectos más atrevidos, intervenciones mucho más arriesgadas. Es decir, alternar tradición y vanguardia de manera que una y otra se potencien mutuamente. Elegir una pieza antigua, desenmascararla, eliminar intervenciones contaminantes, deconstruir lo que no es auténtico o lo que provoca desorden, confusión o desasosiego. Y así, con pequeñas inversiones, imaginación y un concepto radicalmente distinto de la restauración, volver a introducir un viejo edificio en la más rabiosa y atrevida contemporaneidad.
Como no podía ser de otra manera, diversas personas mostraron su disconformidad al cambio respecto al tradicional esquema de Bandera de la Unión en las derivas de cola de los aviones de British Airways, incluyendo, por supuesto, a la antigua Primera Ministra Margaret Thatcher, defensora a ultranza de la (su) tradición, quien cubrió la cola de una maqueta de avión de British Airways con un pañuelo siendo este momento capturado por las cámaras de la BBC News.
Pero si por Margaret Thatcher fuese, la India, por poner solo un ejemplo, seguiría siendo británica.
Solo años después, en 1999, los aviones de British volvieron a ser pintados con la bandera británica, pero hoy, la antigua compañía británica de bandera, ha anunciado su fusión con la española Iberia y ambas han alcanzado acuerdos de comercialización con American Airlines. El mundo ha cambiado y la imagen “global” que subyacía bajo aquel atrevido cambio en las derivas de cola, aunque inicialmente cercenado, es hoy innovador y visionario.
Ese es pues, pese a quien le pese, el camino.
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
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WANTED
OK. Vamos allá. Después de unos días lamiéndonos las heridas, ha llegado el momento de volver a trabajar con la pasión con la que otras veces lo hicimos. Es el único camino. No sirve pensar que tu taller de arquitectura es igual o mejor que otros si no ganas a otros en justa competición. No sirve pensar que esto es cuestión de suerte cuando el trabajo es la única manera de seguir avanzando.
Esta semana la hemos pasado trabajando en lugar de vacacionar. Y estamos descansados a pesar de todo, porque hemos renovado la ilusión. Buscando nuevos socios, buscando nuevos encargos, ordenando las cuentas, replanteando. ¿Por qué? Porque hemos decidido seguir en esto.
Estamos casi convencidos del lugar que ocupamos en este asunto de la intervención sobre edificios antiguos y creemos que hacemos las cosas bien. Solventemente. Y lo escribimos aquí porque necesitamos nuevos encargos para seguir demostrándolo.
Así que, si te gusta algo de lo que has visto en este blog y quieres que hagamos alguna cosa juntos, llámanos (00 34 629 23 71 98) o escríbenos un mail (luiscercos@lc-architects.com).
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
Esta semana la hemos pasado trabajando en lugar de vacacionar. Y estamos descansados a pesar de todo, porque hemos renovado la ilusión. Buscando nuevos socios, buscando nuevos encargos, ordenando las cuentas, replanteando. ¿Por qué? Porque hemos decidido seguir en esto.
Estamos casi convencidos del lugar que ocupamos en este asunto de la intervención sobre edificios antiguos y creemos que hacemos las cosas bien. Solventemente. Y lo escribimos aquí porque necesitamos nuevos encargos para seguir demostrándolo.
Así que, si te gusta algo de lo que has visto en este blog y quieres que hagamos alguna cosa juntos, llámanos (00 34 629 23 71 98) o escríbenos un mail (luiscercos@lc-architects.com).
Luis Cercós (LC-Architects)
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sábado, 23 de abril de 2011
Vanguardia y tradición
Casualmente he leído muy recientemente dos referencias sobre Walter Gropius que tienen, en cierto modo, algo que ver con el enfoque que quiero dar a mi estudio de arquitectura en esta nueva etapa que recién comienza.
La primera de ellas procede de un capítulo del libro de Vicky Richardson, Vanguardia y tradición. La reinterpretación de la arquitectura (Editorial Blume, 2001) y la segunda de ellas de la entrevista de Anatxu Zabalbeascoa a Peter Eisenman publicada en El País Semanal del pasado domingo 10 de abril.
Dice Richardson que Walter Gropius dejó la historia de la arquitectura fuera del programa de estudios de la School of Design de Harvard, a finales de la década de 1930.
Era tan optimista acerca del futuro de la arquitectura que pensaba que los ejemplos del pasado eran irrelevantes e incluso podían distraer a los alumnos para centrarse en el presente. Actualmente, la historia de la arquitectura, vuelve a estudiarse en las escuelas de arquitectura, pero los arquitectos casi nunca se refieren a ella una vez que han empezado a trabajar. Es como si los arquitectos hubieran adoptado la postura de Gropius acerca de la historia, pero sin sus ideas progresistas.
Por contra, en la citada entrevista del 10 de abril, Peter Eisenman (Newark, Nueva Jersey, EE.UU., 1932) recuerda su paso por el estudio de Gropius:
Cuando trabajé para Gropius en los años cincuenta, su estudio era el mejor sitio para ir. Al nivel de Mies van der Rohe. Había posibilidades. Pero nuestro trabajo era anodino. No eran los trabajadores, era el espíritu. Todo era banal, no había nada inspirador. Gropius no tenía visión. Eso me hizo dudar. Me planteé si Gropius habría sido siempre así. Y concluí que nunca tuvo interés en nada más allá de su propio ego.
El motivo por el que enfrento hoy estas dos opiniones tiene una doble intención. La primera, quizá mezquina, afrontar la entrada de hoy. La segunda, de naturaleza más personal, comenzar a elaborar mi propia teoría sobre un asunto que hace algún tiempo me ha empezado a apasionar: el brusco enfrentamiento entre la tradición y la vanguardia. O lo que es lo mismo, potenciar los valores del edificio antiguo (entre ellos, el propio paso del tiempo y su huella) sin renunciar a un discurso contemporáneo, preindrustrializado, ligero y conmovedor. Aprovechar la atmósfera intrínseca del contenedor que recibimos para producir una pieza reciclada y si podemos, quizá poética y siempre conceptual.
Luis Cercós (LC-Architects)
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La primera de ellas procede de un capítulo del libro de Vicky Richardson, Vanguardia y tradición. La reinterpretación de la arquitectura (Editorial Blume, 2001) y la segunda de ellas de la entrevista de Anatxu Zabalbeascoa a Peter Eisenman publicada en El País Semanal del pasado domingo 10 de abril.
Dice Richardson que Walter Gropius dejó la historia de la arquitectura fuera del programa de estudios de la School of Design de Harvard, a finales de la década de 1930.
Era tan optimista acerca del futuro de la arquitectura que pensaba que los ejemplos del pasado eran irrelevantes e incluso podían distraer a los alumnos para centrarse en el presente. Actualmente, la historia de la arquitectura, vuelve a estudiarse en las escuelas de arquitectura, pero los arquitectos casi nunca se refieren a ella una vez que han empezado a trabajar. Es como si los arquitectos hubieran adoptado la postura de Gropius acerca de la historia, pero sin sus ideas progresistas.
Por contra, en la citada entrevista del 10 de abril, Peter Eisenman (Newark, Nueva Jersey, EE.UU., 1932) recuerda su paso por el estudio de Gropius:
Cuando trabajé para Gropius en los años cincuenta, su estudio era el mejor sitio para ir. Al nivel de Mies van der Rohe. Había posibilidades. Pero nuestro trabajo era anodino. No eran los trabajadores, era el espíritu. Todo era banal, no había nada inspirador. Gropius no tenía visión. Eso me hizo dudar. Me planteé si Gropius habría sido siempre así. Y concluí que nunca tuvo interés en nada más allá de su propio ego.
El motivo por el que enfrento hoy estas dos opiniones tiene una doble intención. La primera, quizá mezquina, afrontar la entrada de hoy. La segunda, de naturaleza más personal, comenzar a elaborar mi propia teoría sobre un asunto que hace algún tiempo me ha empezado a apasionar: el brusco enfrentamiento entre la tradición y la vanguardia. O lo que es lo mismo, potenciar los valores del edificio antiguo (entre ellos, el propio paso del tiempo y su huella) sin renunciar a un discurso contemporáneo, preindrustrializado, ligero y conmovedor. Aprovechar la atmósfera intrínseca del contenedor que recibimos para producir una pieza reciclada y si podemos, quizá poética y siempre conceptual.
Luis Cercós (LC-Architects)
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jueves, 21 de abril de 2011
The man who would be king (John Huston, RU-EE.UU., 1975)
El pasado 9 de marzo traje a este blog un poema que leo, desde que recién lo redescubrí, casi todos los días. Algo así como una especie de medicina matinal que me sirva para empezar la jornada (http://lc-architects.blogspot.com/2011/03/if-rudyard-kipling-1896.html). Casi todo lo que cuenta Rudyard Kipling en él me suena cercano y conocido:
Si puedes soportar oír toda la verdad que has dicho,
tergiversada por malhechores para engañar a los necios.
O ver cómo se rompe todo lo que has creado en tu vida,
y agacharte para reconstruírlo con herramientas maltrechas.
Si puedes amontonar todo lo que has ganado
y arriesgarlo todo a un sólo lanzamiento;
y perderlo, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Y aun así, cuando parece que ya no queda nada más que perder, en un momento de última lucidez recapacitas y te das cuenta que estás a punto de despedirte también, casi simultáneamente, del fruto de tu semen, de la piel y del corazón que acompaña, desnuda y esperanzada, la apaciblemente oscura intimidad de tus noches, y del vientre que te trajo a este mundo. Porque cuando eligen diana los dioses que rigen caprichosamente la vida de los humanos, y arrojan sobre ella toda la cascada de circunstancias encaminadas a probarte como hombre, parece que lo hacen hasta saber con exactitud dónde están los límites de tu mortal resistencia.
Se lo leí a Mishima en un relato breve sobre una mujer que pierde a sus tres sobrinos en una aparentemente apacible jornada veraniega y lo mostró no hace mucho Spielberg en esa obra maestra del cine bélico que se llama salvad al soldado Ryan.
También me lo dijo una vez, meses antes de su despedida, mi abuelo materno, a quien siento, por cierto, estos días nuevamente por aquí:
Ojalá nunca te tengas que enfrentar a todo el cúmulo de desgracias que seas capaz de soportar.
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
Si puedes soportar oír toda la verdad que has dicho,
tergiversada por malhechores para engañar a los necios.
O ver cómo se rompe todo lo que has creado en tu vida,
y agacharte para reconstruírlo con herramientas maltrechas.
Si puedes amontonar todo lo que has ganado
y arriesgarlo todo a un sólo lanzamiento;
y perderlo, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Y aun así, cuando parece que ya no queda nada más que perder, en un momento de última lucidez recapacitas y te das cuenta que estás a punto de despedirte también, casi simultáneamente, del fruto de tu semen, de la piel y del corazón que acompaña, desnuda y esperanzada, la apaciblemente oscura intimidad de tus noches, y del vientre que te trajo a este mundo. Porque cuando eligen diana los dioses que rigen caprichosamente la vida de los humanos, y arrojan sobre ella toda la cascada de circunstancias encaminadas a probarte como hombre, parece que lo hacen hasta saber con exactitud dónde están los límites de tu mortal resistencia.
Se lo leí a Mishima en un relato breve sobre una mujer que pierde a sus tres sobrinos en una aparentemente apacible jornada veraniega y lo mostró no hace mucho Spielberg en esa obra maestra del cine bélico que se llama salvad al soldado Ryan.
También me lo dijo una vez, meses antes de su despedida, mi abuelo materno, a quien siento, por cierto, estos días nuevamente por aquí:
Ojalá nunca te tengas que enfrentar a todo el cúmulo de desgracias que seas capaz de soportar.
Luis Cercós (LC-Architects)
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lunes, 18 de abril de 2011
Una vida de alquiler
Los lunes suelen ser días, dicen, de depresión. Toda una semana de trabajo por delante. Nunca fue así para mí pues me encanta mi trabajo. Reconozco, no obstante, que no es hoy, lunes, el mejor lunes de mi vida. Ayer domingo, mientras visitaba a mi madre en su habitación del hospital, viéndola tan delgada, tan frágil y tan vulnerable, tomé conciencia, una vez más, de nuestro propio destino. Somos testigos de una forma de vivir que se renueva permanentemente. Cada uno es hijo de su tiempo y no hay manera de cambiar eso. Allí tumbada nos hablaba ella de lo que la espera en un futuro inmediato, aferrada a sus creencias y a su manera, también, de entender la vida. Se me nublaron los ojos. El mundo, bajo los suyos, ha cambiado tanto que ella ya, prácticamente, no lo entiende: los estudios de sus hijos, la propiedad de su piso, el futuro de sus nietos, la influencia de la religión en el mundo actual, el sexo, la familia, todo ya es completamente distinto a como diseñó y organizó su vida y su familia. Anoche, al llegar a casa, abrí por fin el periódico del día y leí, quizá no tan casualmente como pudiera parecer, un artículo que hablaba de todo esto (Jordi Soler, EL PAÍS, 17 de abril de 2011, la vida ligera, página 25): En aquel nada lejano periodo de ilusoria Jauja, donde prácticamente cualquiera podía ser propietario de su casa, la mujer que nos ayudaba a meter en orden el caos que invadía nuestro piso de alquiler, era una señora ecuatoriana encantadora que se estaba pagando, por medio de una hipoteca, su propio piso. Pongo a esta señora como ejemplo porque me parece que su maniobra económica ilustra perfectamente la situación: vivía (antes) en un piso de alquiler mucho más grande, y pagando menos dinero al mes, que el piso al que se mudó, que era más pequeño y tenía una hipoteca que tendría que arrastrar 40 años, si todo salía bien. El motivo de este despropósito era que el piso era suyo; era más pequeño y estaba peor situado, pero era suyo. Si algo será tuyo dentro de 40 años ¿es (verdaderamente) tuyo? Y enlazando con ese cambio de modelo al que tienen que adaptarse los hombres y mujeres fuertes de hoy con la evidente vulnerabilidad de la condición humana de la que hablabamos al empezar esta entrada, el articulista finaliza su reflexión con un párrafo durísimo, pero profundamente revelador: La gran enseñanza de esta crisis es que nos ha hecho conscientes de nuestra fragilidad, nos ha enseñado que las posesiones materiales y el acopio son elementos de otra época y que la idea de la casa propia en realidad es lo contrario de la vida, que es propiamente de alquiler. Luis Cercós (LC-Architects) http://www.lc-architects.com/
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