miércoles, 13 de abril de 2011
A propósito de Christina Rosenvinge y su proyecto con Hotmail
El pasado 8 de abril recibí un correo de Hotmail con un anuncio que me pareció sugerente, pero abrumado como estaba por otros asuntos no me detuve, hasta ayer, para leer con atención su contenido. Con un diseño y maquetación estéticamente muy cuidado, nos cuentan la génesis y desarrollo de un interesante proyecto artístico: la revisión de un tema, veinte años después, por parte de la compositora y cantante Christina Rosenvinge (magnífica su web, por cierto: http://www.christinarosenvinge.com/intro.html). Tan interesante me parece que, de hecho, les voy a copiar la idea y pienso redibujar, ahora que yo también cumplo 20 años de profesión, algunos de mis viejos proyectos. Y si tengo tiempo, quizá redibuje y/o replanifique todos. Soy consciente de que sin aquellos comienzos nadie sería lo que es hoy, pero eso no resulta incompatible con llegar a la conclusión, no tan triste como inicialmente parece, de pensar que hoy ya no nos identificamos, gracias a Dios, con aquellos comienzos. El viaje a Ítaca, que diría Cavafis. Veo viejas fotos, recupero viejos planos, releo viejas memorias y me reencuentro con la ilusión de mis primeros años, recién salido de la escuela, pero todavía joven, vulnerable, tímido, torpe y muy inexperto. ¡Qué le vamos a hacer! Así es la vida de todos, supongo. El caso es que a pesar de no reconocernos en nuestras primeras obras sabemos que el camino se iniciaba allí y de aquella manera. No tuvimos opción de replantearnos el viaje. O quizá sí, pero no estábamos en esas. Dicen en televisión cabezas hablantes, la más de las veces vacías: no me arrepiento de nada. Pues mejor para ellos y para los que piensan así. Yo, en cambio, me arrepiento de casi todo. En el sentido artístico del término: enmienda o corrección que se advierte en la composición y/o en el dibujo de cuadros, pinturas y otras obras de arte. Pero también me arrepiento en el otro, maneras diferentes de pensar y de actuar, que se aprenden lentamente con el rapidísimo pasar de los años. Luis Cercós (LC-Architects) http://www.lc-architects.com/
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