martes, 17 de mayo de 2011

amanece que no es poco

Cuando una a una van cayendo del pedestal personas que considerabas de confianza y, a su vez, tú también vas decepcionando a otras o a esas mismas, te paras a pensar en los que siguen contigo. ¿Quiénes son los que nunca nos abandonarán? La lista puede parecer corta pero revísala otra vez. En ella hay gente suficiente como para cerrar los ojos, dormir un poco (aprovechando la noche o cualquier otra excusa similar) y volverte a levantar con ilusión renovada.

Amanece (que no es poco) otra vez y casi inmediatamente vuelve a sonar el teléfono. La vida parece querer ofrecer otras puertas a las que llamar.

Llorar un poco está bien. Descarga nuestro cuerpo de viejas e inservibles tensiones. Pero una vez cumplido su efecto terapéutico no tenemos más remedio que volver a empezar.

Como siempre fue.

Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/

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