viernes, 6 de enero de 2012
el hombre que calculaba
Varios autores se turnan en la contratapa (contraportada) del diario argentino Página 12. Uno de ellos, Adrián Paenza, doctor en matemáticas y periodista deportivo, plantea en sus artículos problemas matemáticos. Ayer escribió a propósito de un libro de cuentos aparecido cuya primera edición data, según unas fuentes de 1938 y otras de 1949 (curioso desajuste tratándose precisamente de un libro de cuentos matemáticos).
El autor de El hombre que calculaba (O homem que calculava) fue el matemático brasileño Julio Cesar de Mello e Souza, pero firmó el libro bajo el seudónimo de Malba Tahan. A Jorge Luis Borges le encantaba este libro, traducido a más de doce idiomas y con 63 ediciones sobre sus lomos y, a partir de su lectura, quedó fascinado por los cuentos árabes, pues la concepción de la obra recuerda a Las Mil y Una Noches.
Adrián Paenza, en su artículo de ayer, menciona uno de sus cuentos preferidos del libro (ni el más conocido ni el mejor, pero de una perfecta sencillez) y lo transcribió de forma reducida y libre así:
Dos personas, digamos A y B, tienen unos ocho panes para compartir con una tercera, a la que llamo C.
A trajo 5 panes y B trajo 3. En cambio C, no aportó ninguno.
Entre los tres comen los ocho panes y, por la generosidad de haberlo compartido, C les ofrece 8 monedas en muestra de agradecimiento.
¿Cómo indicaría usted que se haga la repartición? Cinco monedas para A porque aportó cinco panes y tres para B porque aportó los tres restantes. ¿Le parece razonable?
La solución, mañana sábado o en la contratapa de ayer. O claro está, en el libro original citado.
Luis Cercós (LC-Architects)
Buenos Aires – Madrid
El autor de El hombre que calculaba (O homem que calculava) fue el matemático brasileño Julio Cesar de Mello e Souza, pero firmó el libro bajo el seudónimo de Malba Tahan. A Jorge Luis Borges le encantaba este libro, traducido a más de doce idiomas y con 63 ediciones sobre sus lomos y, a partir de su lectura, quedó fascinado por los cuentos árabes, pues la concepción de la obra recuerda a Las Mil y Una Noches.
Adrián Paenza, en su artículo de ayer, menciona uno de sus cuentos preferidos del libro (ni el más conocido ni el mejor, pero de una perfecta sencillez) y lo transcribió de forma reducida y libre así:
Dos personas, digamos A y B, tienen unos ocho panes para compartir con una tercera, a la que llamo C.
A trajo 5 panes y B trajo 3. En cambio C, no aportó ninguno.
Entre los tres comen los ocho panes y, por la generosidad de haberlo compartido, C les ofrece 8 monedas en muestra de agradecimiento.
¿Cómo indicaría usted que se haga la repartición? Cinco monedas para A porque aportó cinco panes y tres para B porque aportó los tres restantes. ¿Le parece razonable?
La solución, mañana sábado o en la contratapa de ayer. O claro está, en el libro original citado.
Luis Cercós (LC-Architects)
Buenos Aires – Madrid
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