¿Por qué terminó el reinado de las supermodelos? Los expertos no se ponen de acuerdo: quizá el gusto por el aire aniñado que impide a las nuevas modelos tener una carrera longeva, quizá la falta de apoyo de directores de revistas y diseñadores de moda que no quieren volver a estar en manos de un grupo de extravagantes y caprichosas divas, quizá una simple consecuencia de un más que discutible cambio social. Curiosamente, la única modelo que ha sido posteriormente capaz de captar el interés general, Kate Moss, era precisamente la antítesis de las anteriormente citadas.
Hoy, Estrella de Diego (EL PAÍS, Babelia, 17 de julio de 2010, página 19) reflexiona sobre la falsa impostura de ciertos edificios y de este tipo de arquitectura:
“Ahora que se ha puesto de moda el concepto de “sostenibilidad” –que también empieza a ser un valor de cambio para algunos, por cierto, a medio camino entre ecología y reciclaje- los edificios icónicos y caros son parte del pasado: va a empezar a dejar de llevarse la rúbrica de los grandes estudios de arquitectura”
Como decía Didier Fernández, el agente de toda la vida de Linda Evangelista (http://www.elpais.com/articulo/portada/fin/supermodelos/elpepusoceps/20100418elpepspor_10/Tes):
Eso de las top siempre fue un invento. Para mí, sólo hay tres categorías de modelos: buenas, normales y malas. Una mala no tiene futuro alguno. Una normal hará dinero y trabajará un tiempo. Una buena trasciende tendencias y épocas. Son mujeres interesantes, están interesadas en lo que hacen y duran. ¿Qué ha pasado con el trabajo, con aprender y crecer? Es como decir que un doctor es un genio tras su primera operación.
Luis Cercós (LC-Architects)
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