miércoles, 13 de febrero de 2013
Cerro Huelén, Santiago, Chile
Para empezar a sentirme bien en un lugar, necesito empezar a disfrutar con los periodistas locales. Parece una tontería pero para mí no lo es, pues me encanta leer diarios.
Hoy he disfrutado con Mentessana quien en su columna de hoy nos habla con ingenio e ironía del ayer y hoy de Santiago (El Mercurio, 13 de febrero 2013, página A3):
Cuando Pedro de Valdivia fundó -ayer se enteraron 472 años- la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo a los pies del cerro Huelén, jamás imaginó que ahí mismito se fundaría muchos años después una estación de metro con el nombre de Santa Lucía (creo que a nadie le habría disgustado si se hubiese llamado Huelén). Menos se lo imaginó el alarife Gamboa, quien diseñó la ciudad considerando lo que Valdivia le ordenó: "Piensa que por estas arterias circularán, en el futuro, carruajes, automóviles, tranvías, buses, micros y el Transantiago".
También le exigió que cranease una muy buena salida de las aguas durante las lluvias. Parece que el hombre lo hizo muy bien, porque cuando ahora vemos anegamientos a diestra y siniestra, el centro de la capital se mantiene sequito.
El alarife Gamboa, que en estos años no tenía ministerios, intendentes o alcaldes que se opusieran, instaló, de partida, una Plaza Mayor en pleno centro de la nueva ciudad y, por los lados, reservó unos solares para la Catedral (el cielo), otros pocos para la cárcel (el infierno) y también para instalar la casa del Gobernador (es decir, entre el cielo y el ...). :-)
El caso fue que, poco a después, Valdivia se fue con sus soldados a sofocar, aunque usted crea que es algo de hoy, un problema en La Araucanía. Santiago, la ciudad, quedo desprotegida, situación que aprovechó Michimalonco para tomarse la estación Huelén y sus alrededores. la resistencia de esta sublevación fue conducida por Inés de Suárez, quien, por esos años, lideraba la farándula guerrera. Se non è vero ...
Lo dicho: me ha encantado.
Santiago, Chile