sábado, 2 de febrero de 2013
Dustin Hoffman, Los Ángeles, 1937
Tengo unos demonios interiores que me hacen dudar y me ha costado décadas domar. y esos demonios interiores a veces no me dejaron avanzar.
A esta edad, 75 años, lloro cada vez que me apetece.
La lección más importante de interpretación me la dio una amiga mía: "Hay que investigar, saber de dónde viene tu personaje, qué le pasa, cómo le pasa, investigar aún más, y cuando te pongas delante de la cámara (o en la pantalla del ordenador, o sobre la mesa de dibujo, o en la dirección de obra, -digo yo-), olvídalo. No hagas planes, solo sé, solo siente.
El reparto original de los dioses
Recuerdo un debate que vio mi mujer cuando estudiaba Derecho en el que alguien preguntaba: "crees en Dios"?. "Sí", le respondían. "¿Por qué?". "Porque cuando salgo de noche veo las estrellas, sé que eso no es por accidente. Y si están ahí es porque alguien está detrás. No es un accidente". "Entonces", sigue la conversación, "¿crees que es un dios benevolente?". "Sí, a pesar de todas las barbaridades que ocurren y las guerras". "Pero no serás tan arrogante para creer que somos únicos en el universo, que no existirán otros planetas habitados con otros seres que creerán en otros dioses". Y le respondieron, y cada vez que lo pienso más me asombra, así: "Bueno, es como en Broodway, las obras se estrenan con un reparto original y, según pasan las funciones, la obra continúa con otro reparto y otro. Y yo creo que en la Tierra tenemos el reparto original". ¿Te imaginas? El reparto original de los dioses. ¡Qué frase!.
Fuente: El País Semanal, nº 1895, 20 de enero de 2013, págs. 20 a 24.