En un estudio de arquitectura, supuestamente, deberíamos estar al corriente de los nuevos usos y costumbres sociales. O al menos de las vanguardias. Por eso de adaptar nuestros proyectos a los nuevos tiempos.
Cada vez son más los hogares que se alejan de la tradición y eso, no solo no es malo, sino todo lo contrario. Hoy, por ejemplo, ordenando el estudio, mientras trabajo al lado del hijo de mi mujer y al poco de hablar con mis dos hijas mayores (fruto de mi anterior matrimonio) leo con cierto interés una noticia que se publicó allá por marzo de 2010 y que guardo en la caja donde reposan viejos recortes de prensa mientras esperan la excusa para ser protagonistas, bien de un nuevo proyecto, bien de una entrada de este blog que tanto me divierte.
Me encanta el cine de los creadores que han sido capaces de construirse un mundo personal y fascinante y Tim Burton, sin duda, forma parte de este grupo. No todas sus películas me gustan por igual, pero habría dado unos minutos de mi vida por haber sido capaz de filmar Big Fish (2003), precisamente una de sus películas menos oscuras.
Burton y su mujer, la magnífica y enigmática actriz Helena Bonham Carter, viven en el norte de Londrés (lugar mucho más interesante, supongo, que cualquiera de los ricos barrios de Hollywood) en tres viviendas independientes e interconectadas. Interesante concepto de hogar conyugal. Cada uno de los miembros de la familia (el director, la actriz y sus dos hijos) habitan, en palabras de los artistas, sus propios “territorios separados”.
Me encanta dormir con mi mujer y ese es, siempre, uno de los mejores momentos del día, pero reconozco que si alguien quiere trasladar la estética gótica a su residencia, quizá sea mejor no compartir sala de estar. Tim Burton vive, literalmente, dentro de una de sus películas y su mujer prefiere un ambiente más relajado para ver la televisión, jugar con los niños o leer los nuevos guiones que la proponen:
Es como pasar de la tierra de los vivos a la de los muertos.
Un espíritu práctico que les ha conducido a separar sus mundos y sus habitaciones.
Porque él ronca y yo necesito tranquilidad –dice Helena Bonham Carter.
Pero en algunas ocasiones hemos llegado, incluso, a dormir juntos.
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com/
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