No estamos entre ellas, pero podríamos estarlo perfectamente, si no fuera porque nuestra voluntad es la de continuar vivos en esta guerra que ya empieza a ser de una dureza extrema.
El tejido empresarial se está deconstruyendo a tal velocidad que quienes sigan en pie al finalizar este gris periodo, quizá consigan alcanzar con cierta rapidez la ansiada estabilidad que tanto añoramos.
La viabilidad de nuestro estudio de arquitectura es, en estos momentos, mensual. No somos capaces de mantener perspectivas a medio plazo y hace ya muchos meses que no recibimos nuevos encargos, si bien la calidad de los proyectos en los que estamos inmersos nos permiten sobrevivir en estos tiempos, no de crisis, sino de autentica catarsis.
Mañana visitaré las obras de restauración de la Iglesia del Monasterio de Yuso, obra que previsiblemente se finalizará en las próximas semanas. Lo mismo ocurre con la reconstrucción del antiguo Alfar del Carmen en Talavera de la Reina (en lo que será la segunda biblioteca municipal de esta ciudad toledana). También en diciembre de 2010 se inaugurará nuestro proyecto más querido: el centro tecnológico de audiovisuales de La Solana (Ciudad Real), uno de los cines más avanzados de España en cuanto a dotación tecnológica.
Sólo nos queda ya la dirección de ejecución y el control económico de las obras de rehabilitación del Palacio de la Música de Madrid (C/ Gran Vía, 35), un proyecto que garantiza nuestra actividad durante los dos próximos años (la finalización de las obras está prevista para diciembre de 2012).
Y aunque somos conscientes de la suerte que tenemos, no podemos ocultar nuestra preocupación por lo que ocurrirá mañana.
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