martes, 18 de octubre de 2011
A ellos
(A todos y cada uno de mis hijos)
Cosas que nadie nunca os podrá arrebatar
Cuando todo lo que has sido o has tenido forma parte del pasado.
Cuando todo lo que has hecho te parezca hoy olvidado.
Cuando deambules sin rumbo por calles que se despiden de ti,
sin más en los bolsillos que tus propias manos
y viejos zapatos gastados sobre tus pies,
cubierto por camisas arañadas por tu barba o rozadas por tus puños,
con pantalones que ya parezcan hechos de tu misma piel
Cuando solo escuches el ruido de tu caminar,
subiendo por escaleras de pisos prestados
Cuando los cines y los libros sean tus compañeros de armas.
Cuando mires en tu casa y tus hijos no puedan estar .
Cuando mires en tu cama y tu esposa no pueda estar.
Cuando mires en tu cuerpo cansado y a veces ya no quieras estar.
Cuando todo lo que has hecho forma parte del pasado.
Cuando empieces a prometer cosas que no puedes cumplir.
Cuando digas basta, ya no puedo más.
Cuando cierres los ojos para no tener que mirar.
Cuando no poseas más que la textura recordada de su piel,
el sabor de sus besos, el amable calor de su abrazo,
tus noches de insomnio, tu sudor,
tus dolores, tus temblores, tus miedos, tus certidumbres,
tus desapegos,
la lejana ilusión de tus noches de Reyes,
tus velatorios, tus despertares, tus puestas de sol,
minutos de soledad, reflejos y emociones,
ideas, religiones, ilusiones,
tus lágrimas, tus sonrisas, las arrugas de tu piel,
recuerdos y temblores,
instintos, reacciones,
tu fuerza, tus flaquezas,
el olor de la tierra, el color de tu sangre,
tu manera de hablar,
el sueño de viajar, el sueño de crecer, el sueño de soñar,
viejas y gastadas palabras de ánimo,
susurros de amor,
sus apoyos,
las sonrisas de tus niños, los dulces de Navidad,
dos frases en un libro, dos segundos de maldad
la vida que te queda, las ansias de libertad.
Ganas renovadas de volver a empezar.
Cosas que nunca nadie os podrá arrebatar.
Luis Cercós (LC-Architects)
Madrid – París – Buenos Aires
Cosas que nadie nunca os podrá arrebatar
Cuando todo lo que has sido o has tenido forma parte del pasado.
Cuando todo lo que has hecho te parezca hoy olvidado.
Cuando deambules sin rumbo por calles que se despiden de ti,
sin más en los bolsillos que tus propias manos
y viejos zapatos gastados sobre tus pies,
cubierto por camisas arañadas por tu barba o rozadas por tus puños,
con pantalones que ya parezcan hechos de tu misma piel
Cuando solo escuches el ruido de tu caminar,
subiendo por escaleras de pisos prestados
Cuando los cines y los libros sean tus compañeros de armas.
Cuando mires en tu casa y tus hijos no puedan estar .
Cuando mires en tu cama y tu esposa no pueda estar.
Cuando mires en tu cuerpo cansado y a veces ya no quieras estar.
Cuando todo lo que has hecho forma parte del pasado.
Cuando empieces a prometer cosas que no puedes cumplir.
Cuando digas basta, ya no puedo más.
Cuando cierres los ojos para no tener que mirar.
Cuando no poseas más que la textura recordada de su piel,
el sabor de sus besos, el amable calor de su abrazo,
tus noches de insomnio, tu sudor,
tus dolores, tus temblores, tus miedos, tus certidumbres,
tus desapegos,
la lejana ilusión de tus noches de Reyes,
tus velatorios, tus despertares, tus puestas de sol,
minutos de soledad, reflejos y emociones,
ideas, religiones, ilusiones,
tus lágrimas, tus sonrisas, las arrugas de tu piel,
recuerdos y temblores,
instintos, reacciones,
tu fuerza, tus flaquezas,
el olor de la tierra, el color de tu sangre,
tu manera de hablar,
el sueño de viajar, el sueño de crecer, el sueño de soñar,
viejas y gastadas palabras de ánimo,
susurros de amor,
sus apoyos,
las sonrisas de tus niños, los dulces de Navidad,
dos frases en un libro, dos segundos de maldad
la vida que te queda, las ansias de libertad.
Ganas renovadas de volver a empezar.
Cosas que nunca nadie os podrá arrebatar.
Luis Cercós (LC-Architects)
Madrid – París – Buenos Aires