Hace unos meses cayó el campanario de la Iglesia de Cervera del Llano en Cuenca. Esa pieza es ya insustituible. Para dolor de los vecinos y dada la situación económica de la Junta de Castilla-La Mancha y de España en general, soñar ahora con proyectos de reconstrucción (falsos históricos incluidos) es impensable. Pero una cosa es renunciar a la reconstrucción y otra conformarse con la voluntad del obispado de proceder a la demolición completa del edificio (bien de interés cultural, por cierto). La solución debería pasar por evacuar los escombros, cerrar las heridas provocadas por el derrumbe, consolidar lo existente y esperar a mejores tiempos para proceder a la reconstrucción de la pieza (la torre) desaparecida. Y en caso de que el Plan Director fuese posible, yo no renunciaría a estudiar soluciones alternativas y lenguajes arquitectónicos contemporáneos.
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