La entrevista que hoy le ha publicado El País Semanal (número EXTRA, 2 de octubre de 2011, Eugenia de la Torriente, páginas 28 a 36) la he leído varias veces, por la similitud que trasciende entre el mundo de la moda y el de la arquitectura. O al menos, a mí me lo parece.
¿Qué ocurre entre el proyecto y el resultado final? ¿Somos responsables absolutos de su resultado? Y hablando de restauración o rehabilitación ¿qué ocurre con la falsificación, con el falso histórico o con las reproducciones? Fijaros en la analogía a propósito de la muestra sobre los vestidos de YSL que se mostrarán en la Fundación Mapfre de Madrid:
¿A qué deberían prestar especial atención los que visiten la muestra en Madrid?
Es importante que se (sepan que se) trata de los (vestidos) originales. Conservamos los prototipos desde 1965. Lo que se verá en Madrid es exactamente el modelo que Saint Laurent creó. No es una reproducción, ni un traje adaptado a una clienta. Somos la única casa que tiene un archivo semejante de originales. No quiero decir nada contra Dior o Chanel, pero una exposición suya es diferente porque no disponen de los prototipos. Nosotros sí. Se trata del color preciso en el material exacto y con la proporción justa. A menudo, la compradora decidía cambiar el tejido o ponerse una manga más larga … El vestido que se llevaba a casa no era necesariamente el que el diseñador había ideado.
…
Éramos muy pobres al principio y teníamos que hacer saldos y vender cuanto pudiéramos. Pero a pesar de eso, nunca nos deshicimos de los prototipos.
No es solo este el único punto de comparación. Fijaros también en esta respuesta:
La moda no es un arte, aunque necesita de un artista para existir.
O con relación al problema de la vivienda:
No tenía sentido que la gente joven que no era millonaria no pudiera acceder a la moda (o a una vivienda, ¿no?). La moda plural y abierta que hoy vivimos nació en el momento en que Yves decidió crear Rive Gauche.
¿Para cuando una solución habitacional plural y abierta? ¿Lo permitirán alguna vez los gobiernos, los códigos técnicos, los mercados y los monopolios u oligopolios profesionales?
El problema de los diseñadores (arquitectos, ¿quizás?) hoy es que pretenden ser artistas. Chanel nunca se cuestionó si lo era. Tampoco Saint Laurent. Pero hoy cualquiera cree que es un artista. También podemos hablar de los editores de moda (o de arquitectura), los estilistas o los medios como Vogue o Harper’s Bazaar … No respeto mucho a ninguno de ellos.
Hemos elevado al diseñador (de moda o de arquitectura) al nivel de un artista o de una estrella del pop. No lo son. Son artesanos. Y eso ya es formidable.
La exposición "Yves Saint Laurent", en el Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre de Madrid (Paseo de la Castellana, 23), podrá verse desde el 6 de octubre de 2011 hasta el 8 de enero de 2012.
Luis Cercós (LC-Architects)
París – Madrid – Buenos Aires
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